"La privatización de YPF va a permitir la inversión y la reconversión económica de Santa Cruz". Con ese comentario, Néstor Kirchner celebraba la decisión del gobierno de Menem, en 1992, de vender la firma estatal a inversores privados.
Veinte años después, su esposa y actual Presidenta trasandina, Cristina Fernández, anunció que su gobierno expropiará el 51% de las acciones que posee el conglomerado hispano Repsol desde el año 1999 de la petrolera.
YPF fue declarada "de interés público nacional" por la Mandataria, que tomó la decisión debido a la actual situación energética argentina: de ser exportador hasta hace tres años, hoy tiene un déficit energético que llegó a los US$ 3.029 millones en 2011.
"Soberanía hidrocarburífera de la República Argentina" es el título del proyecto de ley que será enviado al Congreso -donde el oficialismo tiene mayoría- y que refleja el principal objetivo declarado por Fernández: lograr el "autoabastecimiento" de hidrocarburos.
Según el gobierno argentino, YPF -el principal productor de petróleo en Argentina, con 33,87%- ha privilegiado el reparto de utilidades por sobre la reinversión en exploración que permita aumentar la capacidad productiva de la empresa. "La utilidad neta (de YPF) entre 1999 y 2011 ha sido de US$ 16.450 millones y los dividendos pagados han sido de US$ 13.246 millones", dijo en su discurso. La Casa Rosada calcula que eso se ha traducido en una caída del 50% de las reservas de gas de la compañía desde 2001.
"Proseguir con esta política de vaciamiento, de no producción, de no exploración (...) prácticamente nos tornaríamos en un país inviable, por políticas empresariales y no por recursos", explicó Cristina Fernández en la sede del gobierno, quien además aseguró que todos los países ricos en recursos tienen el control sobre ellos.
Pero además de la independencia energética, algunos analistas ven un intento por revertir una balanza comercial negativa que aproblema al gobierno.
En tanto, tras conocerse la noticia, el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, emitió un comunicado respaldando la medida y manifestó su rechazo las "amenazas o intentos de intimidación" de España.
El 51% de las acciones se expropiarán directamente a Repsol, tal como dice el proyecto de ley. Así los hispanos pasarán a ser el cuarto accionista en importancia con poco más del 6%. El control quedará distribuido entre el Estado argentino, que se quedará con el 26,03% de la empresa, las provincias con producción petrolera con 24,99% y el trasandino Grupo Petersen -controlado por la familia Eskenazi- con 25,46%.
Un tribunal de tasaciones en Argentina fijará el monto a pagar por la expropiación. YPF tiene una capitalización bursátil de US$ 10 mil millones.
Texto: Sebastián Aguirre. / Foto: Agencia EFE
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
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