GUY SORMAN | |||||||||||||||||
En entrevista con ESTRATEGIA, el reconocido economista y filósofo francés, afirmó que el alza de impuestos a las empresas en Chile será "inútil", porque "las corporaciones encontrarán la manera de no pagarlos". Por otro lado, dijo que en su más reciente encuentro con Sebastián Piñera, éste le expresó su intención de postular a la presidencia. — ¿Puede nuestra economía complicarse con el alza de 20% al 27% en el impuesto de primera categoría? —Un típico caso de lo que ocurre se encuentra en EE.UU, donde la tasa llega a 37%, pero nadie paga eso, porque la gente evade los impuestos. Así que la decisión en Chile puede ser inútil o contraproducente, porque las corporaciones encontrarán la manera de no pagar estos impuestos. El problema es que las pequeñas empresas son castigadas por estas tasas más elevadas, pues no pueden hacer contabilidad creativa o mover sus sedes a otros países. Por eso, no creo que sea una decisión muy inteligente, porque va en contra de la productividad y la creatividad del pequeño negocio, que debería ser impulsado. — Pero las pymes tienen un tratamiento distinto, justamente impulsado por esta reforma... — Lo sé. Pero tienes un problema. Creas una barrera entre grandes y pequeños, lo que significa que debes permanecer chico para pagar menos impuestos. Es un sistema complicado. — ¿Qué ocurre en Francia al respecto? — Es la misma lógica, pero es un desastre. Cuando creas un sistema tributario complicado, incrementas la corrupción y frenas a las compañías. Por ejemplo, en Francia si tienes menos de 50 empleados, pagas menos impuestos y tienes menos regulaciones. Lo que ves, es que muchas empresas prefieren seguir siendo chicas, sin reclutar gente para quedar con menos de 50 trabajadores. Es completamente contraproducente para la economía y para el Estado. — Usted se reunió recientemente con el ex presidente Piñera en España. ¿Está de acuerdo con sus críticas sobre el actual gobierno? — Lo vi la semana antepasada en Madrid y no hablamos al respecto. Sólo me dijo que está configurando una fundación y que será candidato presidencial tras la administración de Bachelet. Me habló sobre sus ambiciones políticas pero francamente, no mencionó aquello. Creo que su gobierno fue sobresaliente. La vida fue muy difícil para él con los partidos conservadores, tan divididos. Pero fue un buen presidente, pese a que falló en el tema de la educación, donde no tuvo soluciones creativas, y en el tema de Hydroaysén no tuvo una posición sólida. Espero que su fundación vaya más allá de criticar a Bachelet y que divulgue ideas creativas para Chile. Criticar al gobierno no es útil. — ¿Qué le llama la atención del actual momento que vive Chile? — Hay dos cosas: lo de no apoyar el proyecto de Hidroaysén fue un gran error, porque el gobierno sólo respondió ante una minoría de ecologistas que no representa a nadie, apoyados por unos pocos millonarios de EE.UU. Me pregunto cuál será la alternativa. Las plantas nucleares son muy difíciles de construir por los terremotos, entonces las opciones son usar petróleo y energía eólica. Todos saben que su país necesita energía, así que esta medida es ridícula y va disminuir el crecimiento de Chile. Lo segundo, es el debate en torno a la educación, que en parte ha sido la plataforma del gobierno de Bachelet. Es muy extraño, por un lado, ver que el gobierno responda a las protestas de los jóvenes que pertenecen a la clase privilegiada. —¿A una clase privilegiada? — Si llegas a la universidad, ya perteneces a una elite. Todos saben que el problema es que los pobres reciben una educación mala y que la respuesta es reclutar mejores profesores. El gobierno debería usar su energía en confrontar a los sindicatos de profesores y remplazarlos por mejores maestros. Por otro lado, una buena educación no tiene que ver con su precio. No porque la universidad sea gratis, la educación va mejorar. Si padres e hijos quieren invertir en sus futuros y la educación es una inversión, no veo por qué el gobierno deba parar eso. El gobierno podría llegar así a destruir las mejores universidades donde la gente quiere invertir en su futuro. — ¿Qué marco ideológico define, a su juicio, a este gobierno? —Hay hostilidad ideológica hacia el lucro de las universidades y quizás, intereses políticos en un gobierno de izquierda. Es como en Francia, debes satisfacer a las personas que votaron. No quieres tener estas gigantescas manifestaciones de estudiantes de nuevo. Pensé que el gobierno de Bachelet sería más creativo y que confrontaría el problema en lugar de atender a una ideología que está obsoleta: universidades gratuitas y cosas por el estilo. Estas son ideas que se remontan a los 60. Pero, para decir algo positivo del gobierno de Bachelet, desde el extranjero vemos que sigue habiendo un compromiso con la libre empresa y el libre comercio. El gobierno no está intentado destruir el modelo impuesto hace 30 años. — ¿Ve similitudes entre este gobierno y la socialdemocracia europea? — La mezcla no es igual. Debe tener que ver con la historia de Chile. El gobierno de Bachelet puede que sea más pro mercado por un lado, pero por otro, son más de izquierda en relación a la ecología y la educación. Son socialdemócratas, pero la composición no es la misma. Europa y el "Consenso Alemán" — ¿Existe el riesgo de que los altos niveles de deuda en Europa compliquen nuevamente? — Creo que el problema quedó en el pasado. La crisis era económica, política y psicológica. El mercado global pensó hasta el 2008 que la zona euro no iba a sobrevivir. Luego, los países más débiles fueron fuertemente orientados y las tasas soberanas bajaron. Cuando el BCE, el Bundesbank y los gobiernos dijeron seriamente que la zona euro no iba a desaparecer, de pronto las tasas de interés bajaron. La crisis, en efecto, ha fortalecido a la UE y ya nadie cree que la zona euro vaya a desaparecer. De hecho, hay más solidaridad entre los bancos, entre todos los gobiernos europeos, así que la crisis forma parte del pasado. Algo interesante es que otro consenso ha surgido después de la crisis: el gasto público ya no es promocionado, ni siquiera el gobierno francés lo hace. Este consenso se parece un poco al modelo alemán. — Entonces, ¿tiene buenas perspectivas para la economía del área? — Europa sigue siendo Europa y existe una cierta preferencia por lo estatal. Incluso en Alemania. Europa siempre tendrá un Estado de bienestar, altos impuestos, regulación, redistribución, lo que a su vez, va de la mano de la necesidad económica. A la gente le gusta eso y por un lado es positivo. Ahora, en términos empresariales y de innovación, la gente acepta que Europa no será número uno, sino que dos o tres. Pero hay más bienestar; el contrato social de Europa es distinto al de los EE.UU. El problema es que para los jóvenes es difícil encontrar un trabajo, para los empresarios la vida es complicada y prefieren migrar a EE.UU. Es decir, hay víctimas.
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Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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Santiago- Chile