Stanford Law Review es una publicación de reconocido prestigio entre abogados en los EE. UU. Hoy publicó el artículo Don't Break the Internet escrito por Mark Lemley, David S. Levine, y David G. Post., de las universidades de Stanford, Elon y Temple, respectivamente. El texto es relativamente corto y fácil de digerir, sin demasiada jerga legal. Habla de PROTECT-IP y SOPA como los más recientes intentos de resolver un problema complejo: copyright en línea a gran escala e infracción de marcas registradas. Que ambos proyectos de ley, aunque difieren, comparten aspectos esenciales en su aplicación con "consecuencias desastrosas para la estabilidad y seguridad del sistema de direccionamiento de Internet". Un principio que como está claro para casi todos, ha guiado a Internet para convertirse en una verdadera revolución de revoluciones sociales y tecnológicas.

El texto merece leerse entero, pero me voy a permitir la traducción de algunas partes que considero destacables:

Las iniciativas de ley representan un asalto legal, sin precedentes, a la infraestructura crítica de Internet. Basadas nada más que en la solicitud de un fiscal federal… alegando que un sitio web extranjero está "dedicado a cometer infracciones". Protect IP autoriza a un tribunal para que… tome medidas para prevenir que el nombre de un sitio web ofensivo sea traducido a su verdadera dirección IP. Esas órdenes deberán llevarse a cabo incluso si los sitios están fuera de los EE. UU. y registrados en dominios de nivel superior (.fr, .de, .jp, por ejemplo) cuyos operadores están ubicados fuera de los EE. UU…

El Tribunal pedirá que la orden sea ejecutada por cualquier involucrado en el proceso: proveedores de servicio de acceso a Internet, operadores de servidores de nombre y nombres de dominio, incluso una cantidad ingente de negocios medianos, universidades, organizaciones no gubernamentales, etc. El alcance de las iniciativas de ley, repito, no tiene precedentes.

Los abogados agregan en el texto que las propuestas de ley romperían el corazón mismo de Internet, el servicio de nombres (DNS) que prácticamente todos los protocolos utilizan:

La eliminación o reemplazo de entradas ordenadas [en el DNS] por parte de un tribunal va en contra del principio global de universalidad de nombres de dominio - el principio por el cual todos los servidores de nombres, donde quiera que se encuentren alrededor del mundo, regresarán la misma respuesta cuando se les pregunte con respecto a una dirección de Internet (IP) de cualquier nombre de dominio específico.

Y es que Internet como le conocemos crece y vive gracias a este funcionamiento esencial. Un cambio en ese funcionamiento es impráctico, un reto técnico de probada ineficacia porque llegaría una escalada de técnicas para evadir la censura (servidores DNS alternativos, por decir algo), escalada que fragmentará Internet sin remedio.

El asunto es grave, gravísimo, del que pronto conoceremos el desenlace. El próximo 21 de diciembre será crucial para SOPA, PROTECT IP y todos nosotros, usuarios de Internet.