TU NO ESTAS SOLO O SOLA EN ESTE MUNDO SI TE HA GUSTADO UN ARTICULO, COMPARTELO, ENVIALO A LAS REDES SOCIALES, TWITTER, FACEBOOK.


COMPARTAMOS EL CONOCIMIENTO

martes, julio 22, 2008

TallerAgrocom08DocumentoEstudio4

 

 

Cuadro de texto:  
 	CLAES – Taller a Distancia 2008
Agrocombustibles en América Latina
 

Documento de Estudio No 4

 

 

Criterios para la Sustentabilidad de los Agrocombustibles

 

En los documentos anteriores se han definido los agrocombustibles y la bioenergía, se han visto las particularidades de la producción de los mismos en América Latina y se han mostrado ejemplos de la actual polémica acerca de la sustentabilidad de cultivos como materias primas para biocombustibles. 

En este documento se presentan diferentes criterios para definir las condiciones de producción y utilización de los biocombustibles en el marco de una alerta generalizada acerca de la sostenibilidad de los mismos como sustitutos de los combustibles fósiles.

Las críticas a la producción de biocombustibles en el último año se centran principalmente tanto en la producción de las materias primas como en los procesos tecnológicos de producción. La aplicación de los biocombustibles de segunda y tercera generación está demorada en América Latina donde, como vimos, la producción de los agrocombustibles o biocombustibles de primera generación esta siendo duramente cuestionada entre otras razones porque:

 

 

No está claro que efectivamente contribuyan a la reducción de emisiones de GEI en los sistemas de producción utilizados hasta el presente dados los cambios en el uso del suelo.

 

Son en su mayor parte, cultivos agrícolas alimentarios que se desvían hacia la producción de etanol y biodiesel, determinando un aumento de la renta de la tierra, de los costos de producción, de los insumos y de los precios internacionales de los granos.

 

Han producido –junto a otras causas- el avance indiscriminado de la agricultura de paquetes tecnológicos energéticos sobre tierras agrícolas, con el consecuente desplazamiento y exclusión de pequeños y medianos agricultores, aumento de la concentración de la tierra, proliferación de conflictos intersectoriales, sustitución de sistemas agrícolas tradicionales, pérdida de identidad social de los agricultores, despoblamiento rural y emigración urbana. 

 

No han generado los esperados nuevos puestos de trabajo en el sector agrícola, sino que por el contrario, los cultivos agroenergéticos han desplazado otros rubros productivos tradicionales, favoreciendo a los grandes agricultores y a las empresas de comercialización de insumos y semillas.

 

En algunas regiones han generado consecuencias tales como pérdida de biodiversidad, deforestación, destrucción de ecosistemas naturales, insuficiencia y abuso del agua disponible, sobreexplotación del recurso suelo y dificultades severas del acceso a la tierra y los alimentos a los países pobres.

 

 

No ha habido consenso entre los diferentes actores involucrados en la discusión acerca de una definición universal que refiera el concepto de “biocombustible producido en forma sustentable” y la definición de los criterios de sostenibilidad también ha generado serias controversias entre los países consumidores de biocombustibles y los productores de materias primas y aun más, entre organizaciones sociales, gobierno y sectores agroindustriales. La Unión Europea, uno de los principales mercados compradores y donde más se está discutiendo la sustentabilidad de los agrocombustibles, ha elaborado una de las propuestas más completas en este sentido. 

 

Criterios de sostenibilidad para la Unión Europea

 

María Cristina Silva, subdirectora del CELARE (Centro Latinoamericano para las Relaciones con Europa) dijo en Viena el pasado 8 de mayo que la plataforma de diálogo UE-ALC en el tema de la energía en base a un intercambio “ganar-ganar” con base en que Europa necesita biocombustibles, pero tiene una capacidad limitada para producirlos, mientras que América Latina tiene tierras, condiciones climáticas favorables y abundante mano de obra rural, pero carece de inversión de capital y tecnología. Por otro lado, América Latina necesita de la cooperación, inversión y transferencia tecnológica europea para generar un desarrollo energético sustentable. América Latina puede ganar mercados de bonos de carbono de la UE, y cooperación para prevenir los efectos negativos del calentamiento global. La instalación de empresas europeas con estándares de sustentabilidad es también un factor de desarrollo económico y de impulso de buenas prácticas productivas en América Latina. Además, la producción de biocombustibles requiere en América Latina de capacidades tecnológicas, institucionales y un marco político y legislativo armónico. Para ello se requiere financiamiento e inversión externa. Pero esta necesidad de liquidez se enfrenta con la precondición de generar confianzas internacionales, erradicando las divisiones sociales, la inestabilidad política, la corrupción y otros problemas aún no superados en las naciones en desarrollo. (Silva, 2008).

 

A pesar de que la Comisión Europea sobre Medio Ambiente había aconsejado revisar la meta de introducción de 10% de biocombustibles en el consumo de carburantes del transporte en 2020, esta se mantiene. Como forma de intentar garantizar la integridad ambiental de los sistemas de producción de agrocombustibles la Unión europea está proponiendo unos criterios que entre otras cosas incluye:

-Asegurar al menos un 35% de reducción de gases de efecto invernadero en la sustitución de agrocombustibles por los derivados del petróleo actuales.

-Que provengan de cultivos realizados en zonas de alto valor en biodiversidad, incluyendo bosques, áreas protegidas y pastizales.

-Tampoco podrán provenir de tierras de alto valor por su contenido de carbono, como humedales y zonas arboladas.

-Se privilegiará el uso de biocombustibles de segunda generación duplicando su valor respecto a los agrocombustibles a la hora de demostrar el cumplimiento de las obligaciones de sustitución.

 

 

 

Extracto seleccionado de la “Propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables” de enero de 2008

 

La producción de biocarburantes debe ser sostenible para el medio ambiente. Los biocarburantes utilizados para cumplir los objetivos fijados en la presente Directiva y los que se benefician de los sistemas de ayuda nacionales deben por tanto cumplir obligatoriamente criterios de sostenibilidad ambiental.

 

Artículo 15. Criterios de sostenibilidad ambiental para los biocarburantes y otros biolíquidos

 

1. Los biocarburantes y otros biolíquidos se tendrán en cuenta para los fines enumerados en las letras a), b) y c) siguientes solamente si cumplen los criterios establecidos en los apartados 2 a 5:

(a) para evaluar el cumplimiento de los requisitos de la presente Directiva en relación con los objetivos nacionales;

(b) para evaluar el cumplimiento de las obligaciones de utilizar energías renovables; 

(c) para determinar la posibilidad de optar a una ayuda financiera al consumo de biocarburantes y otros biolíquidos.

2. La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero derivada del uso de biocarburantes y otros biolíquidos considerados para los fines mencionados en el apartado 1, será de un 35% como mínimo. En el caso de los biocarburantes y otros biolíquidos producidos por instalaciones operativas en enero de 2008, el párrafo primero será aplicable a partir del 1 de abril de 2013.

3. Los biocarburantes y otros biolíquidos que se tengan en cuenta para los fines mencionados en el apartado 1 no se producirán a partir de materias primas procedentes de tierras de elevado valor en cuanto a biodiversidad, es decir tierras que en enero de 2008 o después de dicha fecha pertenecían a una de las siguientes categorías, con independencia de que sigan encontrándose en la misma situación:

(a) bosque inalterado por una actividad humana importante, es decir, un bosque en el que no se ha producido ninguna intervención humana importante conocida o en el que la última intervención humana importante haya tenido lugar en un pasado suficientemente lejano para permitir el restablecimiento de la composición de especies y los procesos naturales;

(b) zonas designadas con fines de protección de la naturaleza, a menos que se demuestre que la producción de las materias primas no ha interferido con dichos fines;

(c) prados y pastizales con una rica biodiversidad, es decir ricos en especies, no fertilizados ni degradados.

La Comisión determinará los criterios y áreas geográficas que permitan designar los prados y pastizales cubiertos por la letra c). Esta medida, destinada a modificar elementos no esenciales de la presente Directiva, se adoptará con arreglo al procedimiento de reglamentación con control previsto en el artículo 21, apartado 3.

4. Los biocarburantes y otros biolíquidos que se tengan en cuenta para los fines mencionados en el apartado 1 no se fabricarán a partir de materias primas procedentes de tierras con elevadas reservas de carbono, es decir tierras que en enero de 2008 pertenecían a una de las siguientes categorías y que ya no se encuentran en dicha situación:

(a) humedales, es decir tierras cubiertas de agua o saturadas por agua permanentemente o durante una parte importante del año, incluidas las turberas vírgenes;

(b) zonas arboladas continuas, es decir tierras con una extensión superior a una hectárea, con árboles de una altura superior a cinco metros y una cubierta de copas superior al 30%, o con árboles que pueden alcanzar estos límites in situ.

Lo dispuesto en el presente apartado no será de aplicación si en el momento de obtener las materias primas las tierras pertenecían a la misma categoría que en enero de 2008.

5. Las materias primas agrícolas cultivadas en la Comunidad y utilizadas para la producción de biocarburantes y otros biolíquidos que se tengan en cuenta para los fines mencionados en el apartado 1, se obtendrán de conformidad con los requisitos y normas previstos en las disposiciones enumeradas en el anexo III, punto A, del Reglamento (CE) 1782/2003 del Consejo17 en título «Medio ambiente» y de conformidad con los requisitos mínimos de las buenas condiciones agrarias y medioambientales definidos con arreglo al artículo 5, apartado 1, de dicho Reglamento.

6. Los Estados miembros no se negarán a tener en cuenta, para los fines mencionados en el apartado 1, los biocarburantes y otros biolíquidos obtenidos de conformidad con el presente artículo, por otros motivos de sostenibilidad.

7. A más tardar el 31 de diciembre de 2010, la Comisión informará sobre los requisitos de un sistema de sostenibilidad para los usos energéticos de la biomasa, distintos de los biocarburantes y otros biolíquidos. El informe irá acompañado, en su caso, de propuestas al Parlamento Europeo y al Consejo relativas a un sistema de sostenibilidad para otros usos energéticos de la biomasa.

 

Artículo 16. Verificación del cumplimiento de los criterios de sostenibilidad ambiental para los biocarburantes y otros biolíquidos

….

4. La Comisión podrá decidir que los acuerdos bilaterales y multilaterales celebrados entre la Comunidad y terceros países demuestran que los biocarburantes y otros biolíquidos obtenidos a partir de materias primas cultivadas en dichos países cumplen los criterios de sostenibilidad ambiental del artículo 15, apartados 3 o 4.

 

Artículo 17. Cálculo del efecto de los biocarburantes y otros biolíquidos en las emisiones de gases de efecto invernadero

Artículo 18. Disposiciones específicas relativas a los biocarburantes

….

4. Para demostrar el cumplimiento de las obligaciones impuestas a los operadores en  materia de energías renovables, la contribución de los biocarburantes obtenidos a partir de desechos, residuos, materias celulósicas no alimentarias y material lignocelulósico se considerará que equivale al doble de la de otros biocarburantes.

 

(Comisión de las Comunidades Europeas, 2008)

 

 

 

En el documento “Preparando el camino para los biocombustibles  (Gilbertson et al, 2007) se informa que “la Estrategia de la UE para los biocarburantes de 2006 definía siete ejes políticos clave, reuniendo las medidas que emprenderá la Comisión para fomentar la producción y el uso de agrocombustibles:

 

Cuadro de texto: Eje político 	Medida que se adoptará (algunos ejemplos) 
1. Estimular la demanda de  
biocarburantes  	Revisión de la Directiva sobre biocarburantes de 2003, incluidas obligaciones sobre agrocombustibles  (objetivo obligatorio)  
2. Actuar en provecho del  
medio ambiente  	Garantizar la sostenibilidad del cultivo de materias  primas para agrocombustibles  
3. Desarrollar la producción y distribución de  
biocarburantes  	Crear un grupo específico para estudiar las posibilidades de los agrocombustibles en programas de desarrollo rural; garantizar que no haya discriminación con respecto a los agrocombustibles  
4. Ampliar el suministro de  
materias primas  	Considerar subvencionable la producción de azúcar  
para bioetanol; financiar una campaña de información  
para agricultores y silvicultores  
5. Potenciar las  
oportunidades comerciales  	Propuesta para códigos de nomenclatura combinada  
distintos para los agrocombustibles; aplicar un en- 
foque equilibrado en las negociaciones comerciales  
con países productores de etanol; proponer modificaciones a la “normal del biodiesel”  
6. Apoyar a los países en  
desarrollo  	Las medidas para los países ACP signatarios del  
protocolo sobre el azúcar afectados por la reforma del  
azúcar de la UE se pueden usar para el desarrollo de  
la producción de bioetanol; elaborar un paquete de  
ayudas coherente para los biocarburantes para países  
en desarrollo; examinar cómo contribuir mejor a la  
creación de plataformas nacionales y regionales de  
biocarburantes  
7. Apoyar la investigación y  
el desarrollo  	Fomentar el desarrollo de una “plataforma tecno- 
lógica de los biocarburantes” encabezada por el  
sector; dar máxima prioridad a los agrocombustibles  
dentro del VII Programa Marco (biorrefinerías y  
agrocombustibles de segunda generación).

 

 

En el mismo documento se pregunta: ¿Cómo es posible que la demanda de agrocombustibles de la UE, de la que se prevé un fuerte aumento, sea ‘sostenible’ cuando la misma UE importa ya grandes cantidades de materias primas no sostenibles para otros usos? ¿Los criterios de sostenibilidad y los cálculos de gases de efecto invernadero tendrán en cuenta macro impactos como el desplazamiento de tierras? ¿Qué otros obstáculos se deben superar para que los sistemas de certificación de sosteni-bilidad sean eficaces? ¿Quién decide realmente lo que es sostenible? ¿Y cómo se abordan los con-flictos de interés entre grupos sociales en los países productores? ¿Es buena idea utilizar un enfoque ‘meta-estándar’ que se base en los procesos de certificación existentes? ¿Plantean las actuales pro-puestas de la UE sobre criterios de sostenibilidad los impactos directos e indirectos de forma ade-cuada? ¿Cómo se relacionaría tal programa de sostenibilidad con la financiación del MDL para los proyectos de agrocombustibles?”. Gilbertson et al. (2007).

 

Muchas de estas preguntas están sin contestar y conforman la base de toda la discusión actual en torno a la pertinencia o no de establecer sistemas de certificación para los agrocombustibles. 

 

 

El informe Cramer y la RFTO

 

Algunos países han elaborado sus propios informes como contribución a la discusión europea. Entre ellos, dos de los más conocidos han sido los elaborados por los gobiernos de Holanda y el Reino Unido, conocidos como el Informe Cramer y RTFO respectivamente. El primero es el resultado del trabajo de una Comisión liderada por Jaqueline Cramer, actual Ministra Holandesa de Medio Am-biente bajo el nombre “Informe Marco para la Biomasa Sustentable”. Esta propuesta ha sido bastan-te criticada, entre otras cosas porque 1) sólo se exigiría la notificación sin que se prevean sanciones en caso de agrocombustibles o biomasa “insostenibles”, 2) en este sistema (al igual que en el britá-nico) se acepta la posibilidad de responder “no se sabe” a preguntas sobre sostenibilidad (la igno-rancia serviría de excusa) y 3) la falta de participación de la sociedad civil y otros grupos interesa-dos 

 

La RTFO (siglas en inglés de “Obligación de Combustibles Renovables para el Transporte”) por su parte, exige a los fabricantes de combustibles que una parte de los combustibles que vendan proceda de fuentes renovables (un 2,5% en volumen en 2008-09, que ascenderá al 5% a partir de 2010-11). Esta norma impone determinadas condiciones, entre ellas que los biocombustibles se obtengan de modo sostenible y que reduzcan las emisiones de carbono. Tiene muchos puntos en común con el Informe Cramer y ha recibido el mismo tipo de cuestionamientos.

 

 

Otros criterios de sostenibilidad

 

Políticas para la sustentabilidad de la Iniciativa ADRS

 

La Iniciativa para la Agricultura y el Desarrollo Rural Sostenibles (ADRS) de la FAO es un marco global con múltiples partes interesadas en el que se reúne a la sociedad civil, los gobiernos y orga-

nizaciones intergubernamentales en un esfuerzo conjunto para poder avanzar rápidamente y alcan-zar la visión de la Agenda 21 para el fomento de la agricultura y el desarrollo rural sostenibles.

 

De acuerdo a esta iniciativa el desarrollo bioenergético requiere una importante intervención tran-sectorial gubernamental, que dé a los formuladores de políticas oportunidades para avanzar en la consecución de la ADRS e integrar las competencias políticas agrícolas, energéticas, medioambien-tales y comerciales. Agrega además que se debe integrar la bioenergía en las estrategias de desarro-llo y reducción de la pobreza, así como asegurar, a través de un sistema de gobierno adecuado, en el que se incluya a las poblaciones pobres y a las rurales. 

 

Las estrategias clave de la ADRS son las siguientes (FAO, 2007):

 

 

Evaluar el potencial de la bioenergía.

 

Evaluar los costes y beneficios de la bioenergía antes de intervenir en el sector. El análisis del po-tencial de un país para establecer un programa sostenible de desarrollo de biocombustibles debería incluir: evaluación general de impacto ambiental; producción agrícola actual y estimación de la futura expansión de cultivos energéticos; disponibilidad y uso de la tierra; potencial de producción en tierras marginales y degradadas; usos actuales de los subproductos agrícolas y forestales; y dis-ponibilidad de agua y otros recursos.

 

 

Fomentar el desarrollo rural y la seguridad alimentaria.

 

-Evaluar las sinergias entre bioenergía y seguridad alimentaria, así como los riesgos, y definir estra-tegias para asegurar las cuatro dimensiones de la seguridad alimentaria: disponibilidad, acceso,

estabilidad y utilización. Por ejemplo, los cultivos para la producción de energía pueden rotar con los cultivos alimentarios con el fin de mejorar la productividad y diversificar las oportunidades de ingresos para los productores.

-Minimizar la apropiación de la tierra por parte de los productores energéticos a gran escala asegu-rando a los pequeños agricultores, a las poblaciones indígenas y a los pastores el acceso a los recur-sos naturales y a los derechos de tenencia de la tierra. 

-Crear y mantener el empleo agrícola mediante el apoyo a las pequeñas y medianas empresas. 

-Proteger a los trabajadores frente a las malas condiciones laborales. 

-Aprovechar el potencial de la producción bioenergética para liberar a las personas más vulnerables, especialmente a las mujeres, de la gran carga de tiempo que requiere el trabajo doméstico y de los riesgos para la salud y la seguridad asociados a la dependencia de la recogida tradicional e insoste-nible de biomasa y a la inhalación de humos interiores. El biogás, los gasógenos o los generadores de energía que funcionan con la biomasa disponible localmente pueden ser las opciones más eco-nómicas para prestar servicios energéticos en áreas rurales remotas, si la fiabilidad, el mantenimien-to local y la accesibidad de las tecnologías están garantizadas. 

-Fomentar el procesamiento local y el uso de la energía producida. 

-Estimular la conversión de biocombustibles en los países productores antes que en los importado-res, para incrementar la probabilidad de ingresos para los países en vías de desarrollo.

-Fortalecer las organizaciones agrícolas y proteger a las pequeñas y medianas empresas mediante su vinculación con la cadena de valor y el mercado de la bioenergía. Ayudarlas a conseguir economías de escala a través de la organización de los agricultores independientes en cooperativas agrícolas para satisfacer el volumen de materias primas y los requisitos de fiabilidad de los servicios de con-versión.

La aplicación coordinada de las acciones deseables va más allá incluso del rápido incremento de capacidades de muchos países. Es esencial, por tanto, facilitar la cooperación y la participación en la producción de bioenergía entre las distintas instituciones públicas y las partes interesadas priva-das, tales como propietarios forestales, agricultores, organizaciones agroindustriales y No Guber-namentales (ONG).

 

 

Conservar el medio ambiente.

 

-Salvaguardar los ecosistemas naturales, como las praderas vírgenes y los bosques primarios, si-guiendo los firmes principios de conservación para limitar los riesgos de degradación medioambien-tal ligados a la expansión de cultivos energéticos. La deforestación puede contrarrestar los benefi-cios de varias décadas de biocombustibles en cuanto a la reducción de GEI.

-Rehabilitar tierras deforestadas, degradadas y marginales mediante el cultivo de plantaciones bio-energéticas para limitar la expansión de la frontera agrícola, reducir la competencia sobre el uso de la tierra para la producción de alimentos y combatir la desertificación. 

-Fomentar prácticas y tecnologías agrícolas menos perjudiciales para el medio ambiente, e invertir en cultivos energéticos que sean económicos y más apropiados para los climas y entornos locales. 

-Adherirse a las buenas prácticas agrícolas, evitar el monocultivo (mediante la rotación o asociación de cultivos) y reducir los insumos energéticos para la producción de bioenergía. 

-Asegurar que se retiene en el campo biomasa suficiente para mantener y mejorar la fertilidad del suelo a través de la concentración de la materia orgánica.

 

 

Invertir en agricultura.

 

-Apoyar la producción descentralizada, puesto que es más probable que los sistemas de pequeña escala beneficien a la población rural pobre. 

-Efectuar evaluaciones de impacto ambiental de los cultivos energéticos de gran escala, con el obje-tivo de asegurar que los más pobres serán beneficiados, limitando los impactos negativos de la ex-propiación de tierras y dando prioridad al uso de los subproductos agrícolas existentes.

-Invertir en investigación para reducir los costes de producción y obtener una alta eficacia y mayor rentabilidad en la conversión de energía. La investigación en los biocombustibles de segunda gene-ración, que obtienen la energía a partir de biomasa lignocelulósica (p.ej, árboles, paja y pastos), tiene el potencial de incrementar la producción, reducir las necesidades de terrenos e insumos agrí-colas, y minimizar la competencia sobre los recursos para la producción de alimentos en los próxi-mos diez o quince años. 

-Desarrollar conocimiento y tecnología. Desarrollar capacidades institucionales nacionales, de co-nocimiento y tecnológicas de los directores agroindustriales, los productores de energía y los agen-tes e extensión agraria para que puedan  cumplir con los estándares internacionales de calidad y eficacia. Los servicios de extensión representan un importante papel en la difusión de buenas prác-ticas, la facilitación del método participativo de enseñanza de agricultor a agricultor y la provisión de asesoría técnica.

-Facilitar la adquisición de equipamiento e infraestructura para la producción, procesamiento, trans-porte, almacenamiento, distribución y uso de la bioenergía.

 

 

Proporcionar apoyo político.

 

-Hechas las salvaguardias oportunas, proporcionar incentivos apropiados en el momento de embar-carse en el desarrollo de la bioenergía. Tales incentivos incluyen pagos directos a los productores, en especial a los de pequeña escala, o diferenciación de impuestos para los combustibles biológicos y para los convencionales, con el fin de permitir que la industria bioenergética despegue.

No obstante, deberían tener plazo, pues podrían socavar la competitividad comercial de los países en vías de desarrollo. 

-Establecer los requisitos de mezcla para el etanol y el biodiesel, así como una infraestructura que alienten el consumo y la producción.

-Definir una estrategia para contrarrestar la falta de suministro que puede ser provocada por el mal tiempo o la pérdida de cosechas a causa de las plagas.

 

 

 

Sistema de Evaluación de Tierras de la FAO  

 

Este es otro instrumento elaborado por la FAO. La Evaluación de Tierras es el proceso de determinación y predicción del comportamiento de una porción de tierra usada para fines específicos, considerando aspectos físicos, económicos y sociales. Esta evaluación considera los aspectos económicos del uso propuesto, sus consecuencias sociales para la gente del área y del país en general y las repercusiones, benéficas o adversas para el medio ambiente. Es una de las herramientas necesarias para una planificación racional de los recursos naturales y humanos, entendiendo que, el propósito de la planificación es que cada área deba ser usada de tal manera que provea el máximo beneficio para la sociedad, sin una degradación de los recursos. Esta planificación tiene dos aspectos: el político y el racional. La parte política determina los objetivos y arbitra en los conflictos de intereses, mientras el aspecto racional asegura que los planes sean factibles y que una adecuada cantidad de datos hayan sido considerados para respaldar las estimaciones. (FAO, 2003).

 

El esquema para evaluación de tierras de la FAO está conformado por un conjunto de procedimientos metodológicos, con una acentuada concepción ecologista y holística, a través de los cuales se evalúan las unidades de tierra (UT), para tipos específicos de utilización de la tierra (TUT), que garanticen rendimientos sostenidos, con mínimo deterioro ambiental, con lo cual se propende a elevar el nivel de vida de los agricultores y alcanzar el ordenamiento del espacio rural. El sistema considera la determinación y la cartografía de unidades de tierras (UT), las cuales, como porciones de la superficie terrestre, de naturaleza agroecológica, son diferenciadas a través de características y cualidades, constituyendo la unidad básica espacial que sustenta la evaluación de tierras; el sistema considera igualmente la selección de tipos de utilización de la tierra (TUT), como usos alternativos orientados a sustituir aquellas actividades, marginalmente productivas o que originen conflictos ambientales. El proceso de determinación de los niveles de aptitudes de cada una de las unidades de tierras se fundamenta en la contrastación de sus características y cualidades, con los requerimientos agroecológicos y de manejo de cada tipo de utilización considerado. Los sistemas de información geográfica, por su capacidad para el manejo de información espacial y descriptiva, constituyen herramientas ideales para el diseño de un sistema computarizado, fundamentado en el esquema FAO. (Flores, 1998).

 

 

La Iniciativa para una mejor caña de azúcar

 

La Iniciativa para una mejor caña de azúcar (BSI, por sus siglas en inglés) es un proyecto multisectorial impulsado por el Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF) que incluye inversores, comerciantes, productores de caña de azúcar y ONGs que aspiran a desarrollar un grupo de medidas basado en el rendimiento y en las directrices que las empresas y los inversores puedan utilizar por todo el mundo. Como ejemplo los modelos de  contratación y de inversión y que los productores puedan mejorar la sostenibilidad de la producción a largo plazo. Estas medidas y directrices aspiran a:

 

Minimizar los efectos de los cultivos de caña de azúcar y tratar los efectos externos en el medio ambiente.

 

Mantener el valor y la calidad de los recursos utilizados para la producción, como el suelo, la salud y el agua.

 

Asegurar que la producción sea rentable.

 

Asegurar que la producción tenga lugar en un medio ambiente socialmente equitativo.

 

Todavía no se han publicado las normas del anteproyecto, aunque la BSI vuelve asegurar que casi han terminado y que pronto las publicarán. No está claro cuando se presentará la verificación de las empresas, la cadena de custodia y los planes del gobierno. (http://www.bettersugarcane.org/)

Análisis de ciclo de vida (ACV)

 

Según Lobato (2007), el Análisis de Ciclo de Vida es uno de los métodos más aceptados para estimar el balance de energía relacionado a todos los pasos en la producción de diferentes productos, incluso es reconocidamente aceptado para los biocombustibles, en especial en la última década. El Análisis del Ciclo de Vida “es un procedimiento objetivo de evaluación de cargas energéticas y ambientales correspondientes a un proceso o a una actividad, que se efectúa identificando los materiales y la energía utilizada y los descartes liberados en el ambiente natural. 

 

La evaluación se realiza en el ciclo de vida completo del proceso o actividad, incluyendo la extracción y tratamiento de la materia prima, la fabricación, el transporte, la distribución, el uso, el reciclado, la reutilización y el despacho final”. Los costos de producción y los costos ambientales también se identifican más claramente al elaborar un ECVB, como se demuestra en los más recientes estudios internacionales. (Gagnaire, 2005) (Ignaciuk et al., 2005) (Lussis, 2005) (Hill et al., 2006). Las normativas ISO para ser aplicadas a los ACV requieren el proceso dividido en “pasos”. (Weidema, 1998). Además de subdividir el proceso unitario en procesos separados, cada uno con su correspondiente producto cada vez que sea posible, el proceso según ISO (ISO 14041, cláusula 6.5.3) consiste de tres ítems que deben ser analizados en forma consecutiva:

 

Primero: cuando sea posible el sistema debe ser ampliado “para incluir los procesos adicionales relacionados con los productos”. Esta consideración es sumamente importante en el caso particular de las materias primas para biocombustibles, especialmente porque las mayores controversias en los balances realizados hasta el presente radican en la inclusión o no de los productos intermedios y coproductos, y de entradas indirectas tales como las construcciones de destilerías o plantas de biodiesel.

 

Segundo: Si el primer paso no es posible, “las entradas y salidas del sistema deberían ser divididas de acuerdo a sus productos o procesos, de manera tal que reflejen las relaciones implícitas u ocultas entre ellos. Por ejemplo: deberían reflejar la manera en que son  modificadas de acuerdo a cambios cuantitativos de los productos o procesos del sistema”. Claramente, esta es una descripción de relaciones causales. Un ejemplo de este paso para los biocombustibles sería la subdivisión del proceso de producción de las materias primas en función de las diferencias entre rendimientos del cultivo ocasionadas por cambios tecnológicos.

 

Tercero: Puede darse que la adjudicación de las entradas y las salidas del sistema no pueden ser establecidas usando el producto final, por lo que deben ser colocadas en las relaciones entre los procesos, o mediante unidades funcionales. 

 

En el Análisis del Ciclo de Vida de los biocombustibles los ítems indicados por ISO se dan todos, desde el primero al tercero (ISO, 2006). Se trata de determinar previamente a los balances, la cadena agroindustrial energética con todos sus productos y procesos, sus coproductos y subprocesos, para luego adjudicar a cada uno de ellos los valores correspondientes en energía, económicos o ambientales.

 

 

El papel de la certificación

 

Los problemas ambientales y sociales de los agrocombustibles están llevando a muchas organizaciones y gobiernos a revisar sus metas de uso e importación de biocombustibles. Sin embargo, para muchos analistas y técnicos del área, el problema no es castigar a todos los agrocombustibles sino encontrar los mecanismos que permitan identificar a aquellos productos que

han sido obtenidos de manera sustentable. Asegurarse la sostenibilidad de los agrocombustibles no solo implica asumir criterios, establecer metodologías y mecanismos de análisis, sino que también deben luego existir los procedimientos para determinar cuando y de que manera, esos criterios fueron aplicados a lo largo de toda la cadena productiva. Este es el papel de la certificación. 

 

En el informe de abril de 2008 de “Friends of the Earth Europe” se dice que “aunque la mayoría de los debates actuales se centran en que criterios se incluyen en los sistemas de verificación, se debería dar la misma importancia a la pregunta de que si los sistemas se pueden poner en práctica por completo y a la fuerza. Hasta ahora, todos los sistemas se han quedado bastante cortos en este escenario y la conclusión general es que ninguno de los sistemas en estudio tiene normas operativas que puedan garantizar el cumplimiento de sus respectivas normas.” Si bien la certificación es utilizada aún en los sistemas voluntarios, resulta imprescindible para los sistemas obligatorios. De ahí que se hace necesario analizar los niveles de validez y confiabilidad que puedan alcanzar como garantía de aplicación de los criterios.

 

“En Europa se habla cada vez más de una posible prohibición a la importación de biocombustibles a fin de evitar efectos ecológicos indeseables asociados al incremento de la producción de biocom-bustibles en Indonesia, Brasil y otros países. El problema es que de esta manera también serán ex-cluidos del mercado los productores de biocombustibles ecológicos, caracterizados por una alta reducción de emisiones de carbono a la atmósfera. Una mejor alternativa que el aislamiento de estos mercados es la certificación internacional de biocombustibles sostenibles, diferenciando los com-bustibles ecológicos de los que dañan al medio ambiente. Sin embargo, la certificación carece de sentido si se circunscribe solamente al ámbito de los biocombustibles. Es necesaria una extensión para todas las formas de aplicación de biomasa, evitando los llamados ‘puntos de escape’. También se debe buscar la certificación de la producción agrícola, sea para alimentación humano o animal, o incluso para usos energéticos. En la actualidad, el mercado internacional de commodities agrícolas no diferencia la producción sustentable de la no sustentable. Por lo tanto no hay incentivos para la producción sustentable. La exigencia del cumplimiento de criterios de sustentabilidad es importante para corregir el mercado. Esta diferenciación sólo puede lograrse a través de un sistema de certifi-cación”. (ISCC, 2008)

 

Esta es una crítica muy pertinente a los requerimientos de sustentabilidad que se le hace a los agrocombustibles: ¿es sensato montar todo un sisitema de certificación y trazabilidad para garantizar la sustentabilidad de los agroecosistemas donde se instalan los cultivos energéticos y no  hacerlo para los cultivos alimentarios u otros?

 

Existen varios sistemas de certificación para diversos productos. Por ejemplo, para la agricultura orgánica, comercio justo, etiquetado de eficiencia energética, etc. Sin embargo, la experiencia adquirida en la aplicación de esos criterios es diversa y en general escasamente analizada, por lo cual la aplicación a los biocombustibles y sus materias primas de sistemas de certificación o etiquetado sigue planteando considerables dificultades. 

 

“Para que la certificación no se convierta en un obstáculo al comercio internacional, en particular para los productos procedentes de países en desarrollo, los criterios de sostenibilidad deben elaborarse mediante un proceso transparente y equitativo en el que estén efectivamente representados los países productores y los países consumidores. Con ese fin, es necesario prestar asistencia a los países en desarrollo para aumentar su capacidad de desempeñar un papel activo en la elaboración de los criterios. Tanto los criterios como los correspondientes sistemas certificación deben ser fáciles de aplicar y suficientemente flexibles para tener en cuenta las condiciones concretas de cada país. Las medidas en materia de evaluación de la conformidad también pueden actuar como importantes obstáculos no arancelarios si imponen pruebas costosas, dilatadas e

innecesarias o procedimientos de evaluación de la conformidad que entrañen duplicaciones. Los países desarrollo han encontrado tradicionalmente dificultades para obtener los certificados que otorgan sus órganos nacionales de certificación reconocidos por los países importadores. En la mayor parte de los casos han tenido que recurrir a los costosos servicios ofrecidos por las empresas de certificación internacionales.” (ONU, 2006).

 

 

Bibliografía citada

 

Comisión de las Comunidades Europeas. Bruselas, 23.1.2008. COM (2008) 19 final.  2008/0016 (COD). Propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables. http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=COM:2008:0019:FIN:ES:PDF

FAO, 2003. Evaluación de Tierras con Metodologías de FAO. Documento de Trabajo. Proyecto Regional "Ordenamiento Territorial Rural Sostenible". (Proyecto Gcp/Rla/139/Jpn). Santiago, Chile, Marzo 2003

FAO, 2007. La ADRS y la Bioenergia. Sumario de Política 10. ftp://ftp.fao.org/SD/SDA/SDAR/sard/SARD-bioenergy%20-%20spanish.pdf

Flores R., E.; Parra U., A. 1998. El sistema de la F.A.O. para evaluación de tierras sustentado en sistemas de Información geográfica (The F.A.O. framework for land evaluation based on geographic information systems) Geoenseñanza Vol. Especial 1998.

Friends of the Earth Europe. Sustainability as a smokescreen: the inadequacy of certifying fuels and feeds. An assessment of the expected effectiveness of applying sustainability. Amigos de la Tierra, abril de 2008. Pantalla de humo sostenible. Las carencias de la certificación de combustibles y alimentos. www.foeeurope.org/publications/2008/ES_sustainabilitysmokescreen_medres.pdf

Gilbertson, T.; Holland, N.; Semino, S. and K. Smith. 2007. Preparando el terreno para los agrocombustibles. Políticas europeas, criterios de sostenibilidad y cálculos climáticos. Transnational Institute. Carbon Trade Watch. Corporate Europe Observatory (CEO).  Grupo de Reflexión Rural (GRR). ISSN 1871-3408. http://www.tni.org/agrofuels/preparandoagrocombustibles.pdf

Lobato, V. 2007. Metodología para optimizar el análisis de materias primas para biocombustibles en el cono sur. Montevideo. PROCISUR – IICA. 

ONU, 2006. Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo. El Mercado Emergente de Biocombustibles: Consecuencias Normativas, Comerciales y de Desarrollo. Naciones Unidas. Nueva York y Ginebra, 2006.

Silva, M. C., 2008. América Latina desde la perspectiva ambiental y energética: Elementos para un Diálogo Eurolatinoamericano tendiente al Desarrollo Regional Sustentable.  41o Día de América Latina. Aspectos actuales de las relaciones entre Europa y América Latina. La Importancia de la Bioenergía para el “Desarrollo Sustentable”. Centro Latinoamericano para las Relaciones con Europa (CELARE). Viena, 9 y 10 de mayo 2008. www.celare.org

 

El presente texto solo tiene por objetivo brindar material de estudio para el taller; no representa posiciones de nuestro Centro ni constituye una publicación académica formal. No se permite la reproducción con otros fines.

 

LECTURAS ADICIONALES

Están disponibles una serie artículos para lecturas adicionales que pueden ser de interés para aquellos interesados en profundizar estos temas. Estos textos están disponibles en PDF. El acceso a  la sección de lecturas adicionales está disponible en nuestra web:

http://www.agrocombustibles.org/taller2008/documentos/tex4.html

Las lecturas adicionales que se pueden bajar de internet son:

 

Pantalla de humo sostenible: Las carencias de la certificación de combustibles y alimentos

 

Metodologías para optimizar el análisis de las materias primas para biocombustibles en los países del cono sur.

 

 

PREGUNTAS PARA LA EVALUACION

Conteste las preguntas siguientes. Se indican la cantidad de líneas disponibles para responder cada una de las preguntas; por favor seguir esas instrucciones ya que no se tomará en cuenta los textos más allá de esos límites.

Importante: Copie todas las preguntas y las respuestas directamente al cuerpo del mensaje en su programa de correo-e, y envíelo como un texto simple a la dirección correspondiente a su moderador. NO envíe las respuestas en un archivo adjunto; no será abierto. 

Fecha límite para recibir sus respuestas a esta evaluación: DOMINGO 27 DE JULIO

En caso de tener dudas, querer hacer preguntas o desear aportar una opinión específica y directamente relacionada con este tema, envíele un correo-e a su moderador. Los moderadores tomarán todas las preguntas y aportes, y se enviarán a todos los participantes en el correr de la semana. En caso de tener comentarios generales u otros aportes, dirigirse en el Foro de Discusión por Internet.

Recuerde: si no se responden las preguntas antes de la fecha límite, su nombre será dado de baja automáticamente del taller. Para participar y obtener el certificado es indispensable responder los cuatro módulos satisfactoriamente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Preguntas:

 

1) Indique su nombre y su país.

 

 

2) ¿Cuáles son las principales razones por las que están siendo cuestionados los biocombustibles de primera generación? [5 líneas]

 

 

3) Mencione tres iniciativas que establezcan criterios de sustentabilidad para los agrocombustibles [3 líneas]

 

 

 

4) Mencione los objetivos principales que -en general- persiguen los criterios de sustentabilidad para los agrocombustibles. [3 líneas]

 

 

5) A su criterio ¿podría la certificación a los agrocombustibles ayudar a la sostenibilidad de la producción en su país?  Justifique su respuesta. [5 líneas]