POSTEADO EN LA COL. DE AGUSTIN SQUELLA EN ELMERCURIO.COM DEL DIA 11 DE AGOSTO 2006
Se ha dicho que la televisión, “ para los niños, es la percepción de un mundo nuevo, un muestrario de conductas y comportamientos para los más jóvenes, una compañía para los más mayores, un escaparate para las marcas, un instrumento de integración social, una fuente de ocio e información para todos... pero lo que es indiscutible es que es una industria que mueve muchos intereses y muchas vidas... y muchos millones. Es , en consecuencia un tremendo poder.
Así surge una interrogante: ¿habrán en Chile asociaciones de teleespectadores? Si no las hay invito a formar alguna. Porque hay cosas que corregir, cosas que defender. Amerita acá un movimiento de participacion ciudadana.
¿Habrá en Chile un debate sobre la telebasura? Si no lo hay abramos uno…¿Porque un debate?
Mientras en los últimos años- según expertos y gurus- la tendencia general del mundo empresarial ha sido reorientarse hacia sus clientes provocando en el interior de las organizaciones dinámicas de innovación y de responsabilidad social( la responsabilidad social empresarial o corporativa), la televisión parece no ser de este mundo. También han dicho que” actúa a ciegas y con una gran desconsideración hacia sus clientes finales, los espectadores” Luego, "Lo mal que está la televisión..." es un tema recurrente, casi un tópico, un pretexto idóneo para iniciar o animar una conversación En consecuencia nadie está a satisfecho, ni contento, ni conforme con la calidad de los contenidos que emiten los canales sean públicos y privados
Lo grave es que el sistema instaurado en la industria no está por facilitar el cambio. Es el telespectador quien tiene que promoverlo.
Pero lo peor es la actitud cómplice, o cuando menos acomodaticia o indiferente, de gran parte de actores sociales, agencias de publicidad, empresas de medios y resto de implicados resulta algo más que irritante.
Además, sorprende la actitud pusilánime de las "víctimas", o sea, del cliente directo, los anunciantes, las marcas, los que en definitiva sostienen la “parrilla” : un ejemplo clásico del que sufre el síndrome de Estocolmo, que acaba comprendiendo y defendiendo las razones de quienes lo tienen cautivo.
Entonces, hay que abrir un debate. Más en consultajuridica.blogspot.com Saludos Rodrigo González Fernández