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viernes, septiembre 24, 2010

DIPOUTADO UDI, GONZALO ARENAS , ABUSOS FINANCIEROS

Los abusos financieros en Chile

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Gonzalo Arenas
Diputado UDI

Muchos chilenos se han acostumbrado a "sacar" un televisor, una lavadora o cualquier otro bien desde grandes tiendas o casas comerciales, a través de compras a plazo o tarjetas de crédito, sin conocer muchas veces, las reales consecuencias de dicha operación.

Cuando una persona toma un crédito o utiliza una tarjeta de crédito, lo hace con la buena fe de que podrá, gracias a ellos, enfrentar una contingencia financiera concreta. Por eso también está dispuesto de buena fe, a pagar un "plus" por ese crédito o tarjeta, el que se traduce en comisiones e intereses. Pero lo que una persona común y corriente no espera es que ese crédito se transforme en una manera sistemática y segura de obtener ganancias "indebidas" a costa de él, las que van más allá de lo que se esperaría de una relación comercial de buena fe.

Esto es lo que ocurre en nuestro país con parte importante de los créditos de consumo, los créditos hipotecarios, los créditos automotrices y las tarjetas de crédito, por nombrar los hechos de mayor ocurrencia en el mercado del crédito, los cuales se han convertido en verdaderas "armas de destrucción masiva" para  muchas familias chilenas.

Sin embargo, esta situación no fue siempre así. Hace un par de décadas eran pocas las personas que tenían acceso al crédito y generalmente estaban familiarizadas con la dinámica de los productos financieros. Es en los últimos años que se ha producido una verdadera explosión en el número de consumidores financieros.

Lo que una persona común y corriente no espera es que ese crédito se transforme en una manera sistemática y segura de obtener ganancias "indebidas" a costa de él, las que van más allá de lo que se esperaría de una relación comercial de buena fe.

Según las últimas cifras del Informe de Estabilidad Financiera del Banco Central, en nuestro país el 67% de los hogares tiene algún tipo de deuda, es decir, 2,6 millones de familias.

Además, a diciembre de 2009 existían en Chile 20.692.653 de tarjetas de crédito, de las cuales 4.343.727 corresponden a tarjetas bancarias (21% de ellas) y 16.348.926 corresponden a no bancarias o de casas comerciales (79%). Para dimensionar mejor estas cifras, baste señalar que con estas tarjetas de crédito, durante el año 2009 se hicieron 287.595.925 transacciones.

Parte importante de estos nuevos consumidores financieros son de sectores con menores niveles de educación y por tanto mucho menos habituados a la dinámica de los productos financieros: actualmente en nuestro país el 56% de las personas que poseen sólo Educación Básica tiene algún tipo de deuda de consumo.

Esta realidad ha sido un campo propicio para una serie de abusos que se cometen hoy en día en el mercado del crédito en nuestro país. Es así como según las cifras de reclamos ante el Sernac, los servicios financieros se encuentran en el "triste" primer lugar con un 27% de los reclamos.

¿Cuáles son los abusos más comunes que se producen en el mercado del crédito en perjuicio de los consumidores? Aquí algunos ejemplos:

1.- Publicidad engañosa de los productos financieros. Esto, al promocionar y entregar tasas de interés que no reflejan el costo final del crédito, debido a que muchas empresas ocultan sus verdaderas ganancias a través de un sin número de comisiones y seguros muy poco transparentes.

2.- Los contratos contienen cláusulas abusivas (que al consumidor no se le permite modificar), como la facultad de cambiar las comisiones e intereses en forma unilateral; autorizar a la empresa a aumentar o disminuir el cupo del crédito a su arbitrio; autoriza al emisor de terminar unilateralmente con el contrato o cláusulas que obligan a renunciar al derecho a reclamo o indemnización.

3.- Cobros de Seguros no solicitados, tales como el ya "celebre" seguro de desempleo a personas pensionadas.

4.- Ser inducido a consumir créditos en varias cuotas (más allá de las que uno inicialmente estaba dispuesto a pactar) y a repactar en condiciones finales más desventajosas cuando se comienza acercar el vencimiento del crédito.

5.- La existencia de prácticas abusivas de cobranza, como las situaciones que se producen cuando las empresas no verifican el domicilio de quien ha solicitado una tarjeta de crédito y terminan embargando a personas distintas del deudor.

6.- Ofrecer créditos en forma irresponsable. Tal es el caso de la entrega de créditos a estudiantes (que no tienen renta alguna y que terminan pagando sus padres) o los créditos entregados a adultos mayores, que en general no cuentan con toda la información necesaria.

Sin perjuicio de lo anterior, se debe aclarar que no es responsabilidad de la legislación controlar a las personas que no saben medir sus gastos o despilfarran su dinero o simplemente quieren vivir más allá de sus lógicas posibilidades. Pero la ley si debe intentar proteger a quien de buena fe y en forma responsable se endeuda o utiliza un medio de pago como la tarjeta de crédito.

Esas personas tienen el legítimo derecho a que los oferentes de crédito no los engañen o abusen de su falta de conocimientos y no se transforme a un medio eficaz y bueno en un sistema de mercado como es acceder a crédito, en una tortura de la cual no se pueda salir nunca a pesar de ser un pagador ordenado y responsable.

Hoy la legislación y la institucionalidad no son suficientes para los tremendos cambios del mercado financiero y tampoco para la envergadura del mismo. Por eso es que como Presidente de la Comisión de Economía de la Cámara de Diputados quiero destacar la gran importancia  del proyecto de ley presentado por el Gobierno creando el "Sernac Financiero", el  cual esperamos se convierta en una herramienta eficaz para proteger a los nuevos consumidores financieros.

FUENTE: WWW.ELMOSTRADOR.CL
Saludos,
 
RODRIGO  GONZALEZ  FERNANDEZ
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
DIPLOMADO EN GESTION DEL CONOCIMIENTO DE ONU
Celular: 93934521
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FALLECIÓ FERNANDO RIERA A LOS 90 AÑOS

 los 90 años fallece el histórico entrenador chileno Fernando Riera

Víctima de un infarto dejó de existir quien dirigiera a la selección nacional en el Mundial de 1962.

SENTIDAS CONDOLENCIAS A SU FAMILIA.
Emol
Jueves 23 de Septiembre de 2010 23:35

SANTIAGO.- Tras una larga enfermedad que lo tenía hace bastante tiempo alejado de la primera escena nacional, falleció esta noche el histórico entrenador Fernando Riera Bauzá.


Según información entregada a Emol, el adiestrador falleció en su hogar, víctima de un infarto a eso de las 22:00 horas.


La noticia además fue confirmada por el ex jugador de la Universidad Católica, Rodrigo Gómez, a través de su cuenta en Twitter.


Hasta el hogar de Riera, ubicado en la comuna de Providencia, han arribado familiares y sus más cercanos.


Se espera que en horas de esta mañana su cuerpo sea trasladado a otro lugar para velarlo. Sus funerales se llevarían a cabo este sábado.


Entre los máximos logros del ex DT se encuentra haber sido el primera jugador chileno en desarrollarse en el fútbol europeo. El "Tata", como era conocido, cumplió carrera en Chile en la Unión Española y la Universidad Católica. Producto de su buen juego, fue uno de los delanteros del combinado nacional en el Mundial de Brasil 1950.


Pero su gran legado lo dejará en el recuerdo del fútbol criollo debido a su impecable rol cumplido como entrenador.


Tras titularse en tierras galas comenzó su aventura en Portugal. Dirigió primero al Os Belenenses y posteriormente dio el gran salto hacia uno de los fuertes del continente: el Benfica del gran Eusebio.


Con las "Aguilas", logró lo que ningún otro entrenador chileno ha conseguido en la historia: dirigir en 163 una final de la Liga de Campeones. Caería frente al poderoso Milan. 


Aquellas buenas campañas lo llevaron a retornar al país para un desafío mayor: hacerse cargo de la selección nacional. Bajo su tutela,  la "Roja" alcanzó el inédito e histórico tercer puesto en el Mundial disputado en 1962. Este hecho lo marcaría de por vida.


Tras ello, y bajo el reconocimiento mundial, Riera entrenó en equipos de trascendencia como Boca Juniors y Nacional de Uruguay. También volvió hacia el viejo continente para enrolarse en el Deportivo La Coruña, Marsella de Francia, Porto y Sporting de Lisboa de Portugal.


En su retorno al país, previo paso por el Monterrey de México, se desempeñó en Universidad Católica y la Universidad de Chile, además de Palestino y Everton.


Finalmente, el legendario "Tata" finalizaría su carrera en 1989 dirigiendo a los "rayados" del Monterrey.


Con su partida, se va además el mentor de una generación de entrenadores, entre los cuales destacan Manuel Pellegrini, Arturo Salah y Fernando Carvallo.


Uno de los aspectos más relevantes de la trayectoria de Riera es sin duda profesionalizar la actividad en un país donde el fútbol aún se llevaba sin disciplina táctica seria, y sin el rigor del entrenamiento. Aquella virtud fue siempre reconocida por sus pupilos.

FUENTE:
Saludos,
 
RODRIGO  GONZALEZ  FERNANDEZ
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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Presidente Piñera en su primera intervención ante la Asamblea General de la ONU

Presidente Piñera en su primera intervención ante la Asamblea General de la ONU: "Nos sentimos muy orgullosos de ser una nación multicultural"

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En el plenario de las Naciones Unidas, el Mandatario habló "en representación de Chile, un país muy alejado en el mapa, pero habitado por un pueblo cercano, solidario y fraterno, con una geografía angosta, pero con un corazón grande y generoso".

Señaló que pese a la adversidad marcada por el terremoto del 27 de febrero "la generación del Bicentenario está hoy en condiciones de cumplir lo que fue el sueño de nuestros padres y abuelos: lograr que antes que termine esta década nuestro país sea capaz de derrotar la pobreza y el subdesarrollo", para lo cual detalló los tres pilares básicos: democracia estable y participativa, una economía social de mercado abierta al mundo que apueste por el emprendimiento, y un Estado fuerte y eficaz en la lucha contra la pobreza y en la promoción de una mayor igualdad de oportunidades.

También se refirió a las iniciativas impulsadas por su administración para encontrar caminos de diálogo con los pueblos indígenas y contribuir en su verdadero desarrollo, subrayando que "por siglos no hemos dado a nuestros pueblos originarios las verdaderas oportunidades que ellos merecen y necesitan".

Un discurso de casi 18 minutos pronunció esta tarde el Presidente de la República, Sebastián Piñera, ante a la 65ª Asamblea General de las Naciones Unidas, ocasión en la que destacó los principales desafíos que ha enfrentado su Gobierno, como el terremoto del 27 febrero y el rescate de los 33 mineros que permanecen atrapados en la región de Atacama, junto a las metas en materia de crecimiento y desarrollo, haciendo énfasis en la creación de una sociedad de igualdades y oportunidades para todos los chilenos.

El Jefe de Estado dedicó parte de su discurso a detallar las iniciativas que impulsa su Gobierno para encontrar caminos de diálogo y solución a las demandas de los pueblos originarios, partiendo por el reconocimiento constitucional, además de la agenda de Reencuentro Histórico y el Plan Araucanía.

Resaltó además que "el ejemplo, el coraje y la perseverancia de nuestros 33 mineros van a iluminar los caminos del futuro".

A continuación, el discurso completo del Presidente de la República pronunciado en la Asamblea General de Naciones Unidas con sede en Nueva York, Estados Unidos:

Señor Presidente, señoras y señores:

Quiero empezar dando nuestras más calurosas congratulaciones al señor Presidente por su elección para dirigir los trabajos de este sexagésimo quinto período de sesiones plenarias de la Asamblea General de Naciones Unidas. Sus cualidades personales y profesionales son garantía de éxito en sus importantes tareas que deberá desempeñar.

Señor Presidente:

Yo vengo hasta este estrado en representación de Chile, un país muy alejado en el mapa, pero habitado por un pueblo cercano, solidario y fraterno. Con una geografía angosta, pero con un corazón grande y generoso.

Un país físicamente cercado, rodeado por un árido desierto en el Norte, por una majestuosa Cordillera en el Este, por un inmenso mar en el Oeste y por la magnífica Antártica en el Sur.

Pero a pesar de ello, es un pueblo con un permanente e irrenunciable compromiso y vocación de integración al mundo.

Un país que, como muchos otros, conoció la división y el desencuentro entre sus hijos, pero que hoy día se encuentra plenamente unido y reconciliado.

Un país con una naturaleza indomable y telúrica, pero con una voluntad y temple inquebrantable.

Un país de guerreros y de héroes, pero que ha gozado de una paz ininterrumpida durante los últimos 130 años.

Un país joven, pero con instituciones centenarias, que mira el presente con confianza y el futuro con optimismo.

Y un país que hoy día está viviendo tiempos históricos, dramáticos y de enormes oportunidades.

Históricos, porque  hace sólo 5 días conmemoramos los 200 años de nuestra Independencia, y abrimos las puertas al tercer siglo de nuestra vida republicana.

Y lo hicimos como una gran familia, homenajeando a una misma bandera, honrando a los mismos héroes, cantando el mismo Himno Nacional, cualesquiera fueran nuestras ideas políticas, credos políticos, orígenes étnicos o situaciones económicas.

Pero, señor Presidente, Chile también está viviendo tiempos dramáticos, de adversidad y de tristeza.

Hace pocos meses nuestro país sufrió el embate de uno de los 5 peores terremotos en la historia conocida de la humanidad, el que fue seguido por maremotos que asolaron nuestras costas: 521 compatriotas perdieron la vida, muchos de ellos siguen desaparecidos; más de 2 millones de chilenas y chilenos fueron damnificados; ciudades y pueblos enteros fueron arrasados; centenares de hospitales, consultorios, puentes, puertos, quedaron inutilizables; 1 millón 250 mil niños, uno de cada tres quedaron impedidos de regresar a sus escuelas, porque éstas resultaron derrumbadas o con graves daños.

El daño total alcanzó a una cifra cercana a los 30 mil millones de dólares, lo que representa el 18% de nuestro Producto Nacional. Sin duda, la mayor catástrofe y el mayor perjuicio patrimonial que nuestro país haya conocido en sus 200 años de historia independiente.

Pero de estas ruinas, se alzó un pueblo solidario y fraterno. En sólo 45 días todos los niños y jóvenes estaban de vuelta en sus escuelas; en sólo 60 días se había reestablecido un servicio digno y eficaz de atención de salud en las zonas afectadas. En sólo 90 días habíamos construido más viviendas de emergencia que en toda la historia anterior de nuestro país. En 100 días habíamos reestablecido íntegramente la conectividad, habilitando total o parcialmente los puertos, los aeropuertos, las carreteras, los puentes y todo aquello que había sido destruido por el terremoto. Y en 120 días, nuestra economía logró recuperar la capacidad de crecer y de crear trabajo,  con más fuerza que nunca.

Sin duda, la reconstrucción está recién empezando y va a tomar años de esfuerzo,  pero en esta tarea no descansaremos hasta reconstruir la última escuela, el último hospital o la última vivienda destruida.

Porque un país como Chile, que ha sido forjado en la adversidad, el rigor y el trabajo, por duras que sean las crisis y por dolorosas que sean sus consecuencias, siempre entiende que representan una oportunidad, la oportunidad de construir todos juntos un país mejor.

Pero además de históricos y dramáticos, éstos son tiempos de grandes oportunidades, porque esta generación de chilenos, la generación del Bicentenario, está hoy día en condiciones de cumplir lo que fue el sueño de nuestros padres y de nuestros abuelos, que siempre acariciaron, pero nunca lograron, que es lograr que antes que termine esta década, nuestro país sea capaz de derrotar la pobreza, derrotar el subdesarrollo y crear oportunidades de desarrollo material y espiritual para todos sus hijos, como Chile nunca antes ha conocido.

¿Cómo lo haremos?

En primer lugar, fortaleciendo los tres pilares básicos para que el desarrollo germine y las oportunidades florezcan: una democracia estable, participativa, transparente y vital, en lo político; una economía social de mercado abierta al mundo y que apueste por el emprendimiento, la innovación y la imaginación de sus ciudadanos en lo económico; y un Estado fuerte y eficaz en la lucha contra la pobreza y en la promoción de una mayor igualdad de oportunidades, en el ámbito social.

Pero para construir sobre roca y no sobre arena, lo anterior no basta. En los pilares de la sociedad del conocimiento y la información, tenemos que fortalecer, y estoy pensando en el desarrollo del capital humano, que es la mayor riqueza de la cual disponemos; en el fomento de la innovación y el emprendimiento, que son los únicos recursos naturales verdaderamente renovables e inagotables; en la inversión en ciencia y tecnología, que va a abrir las oportunidades insospechadas en este futuro que todos enfrentamos; en la promoción de instituciones y mercados más flexibles y más dinámicos, para enfrentar el cambio y las oportunidades que esta modernidad nos pone frente a nuestros desafíos.

Y por esa razón, señor Presidente,  hace casi 65 años, Chile, junto a otros 50 países, concurrió a la formación de Naciones Unidas, cuyo objetivo era mantener la paz, la seguridad y la cooperación internacional.

Era el período de la postguerra, en que nuestro planeta se encontraba cruzado y dividido por dos muros. Uno, la cortina de hierro, que corría de Norte a Sur y que separó al mundo, durante mucho tiempo, en bandos irreconciliables, cada uno de ellos con capacidad bélica para destruir muchas veces nuestro planeta.

Pero también había otro muro, que corría de Este a Oeste, y que apartaba a los países ricos y prósperos del Norte, de las naciones pobres y subdesarrolladas del Sur.

Ambos muros se derrumbaron ante nuestros propios ojos, junto con el ocaso del siglo XX. El primero, el de Berlín y Europa Central, y el segundo se derrumbó en Silicon Valley, en Bangalore, en Singapur, en Nueva Zelandia y en los grandes centros tecnológicos alrededor de todo el mundo.

Pero el derrumbe de estos muros dejó al descubierto un tercer muro, tal vez menos visible que los anteriores, pero tanto o más nocivo y perjudicial. Un muro que ha cruzado desde siempre a nuestros países y a nuestros pueblos, separando a los espíritus viejos, que viven de la nostalgia y que le temen al futuro, de aquellos espíritus jóvenes, creativos y emprendedores que abrazan el futuro sin temores y que confían siempre en que lo mejor está todavía por venir.

Este muro, señor Presidente, impidió que muchas de nuestras naciones se sumaran a la revolución industrial en el siglo XIX.  Y eso  explica que aún seamos países subdesarrollados, mientras que otros, los menos, lograron derribarlo a tiempo y supieron incorporarse  a esa revolución.

Pero hoy día, señor Presidente, estamos enfrentando una nueva revolución, más potente y más trascendente que la industrial, la revolución de la sociedad del conocimiento, la tecnología y la información, que ya está golpeando nuestras puertas hace varios años y que será muy generosa con los países que quieran abrazarla, pero tremendamente indiferente, e incluso cruel, con aquellos que la ignoran o simplemente la dejen pasar.

Y por eso, para profundizar nuestra integración y gobernar de mejor manera la globalización, y evitar que ésta sea la que nos gobierne a nosotros, las crisis deben ser enfrentadas de otra manera.

Las crisis financieras han dejado de representar un problema nacional, para adquirir implicancias regionales y muchas veces globales.

Los males de la sociedad moderna, como el terrorismo, el narcotráfico, el crimen organizado, ya no conocen fronteras, ni territorios, ni jurisdicciones, y cualquier intento por enfrentar con eficacia el calentamiento global, o las catástrofes naturales, o las emergencias sanitarias, el hambre o la pobreza extrema, van a requerir de una acción mucho más atenta, concertada y eficaz de la comunidad de naciones.

Por eso, señores delegados, esta Organización de las Naciones Unidas, así como muchas otras instituciones surgidas del consenso de Bretton Woods, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, requieren, y con urgencia, una modernización y una adaptación a los nuevos tiempos si quieren cumplir un rol protagónico y no ser meros espectadores de los eventos de los cuales vamos a ser testigos y protagonistas, que son los cambios que este nuevo siglo ya está trayendo.

Y tal como el año 1945, cuando Chile concurrió a la formación de esta Organización de Naciones Unidas, y con la autoridad que nos da el haber participado activamente en todas y cada una de sus instancias, operaciones de paz y misiones humanitarias, hoy queremos participar también en el impulso y promoción de la gran reforma y modernización que las Naciones Unidas y el orden internacional requieren, creando una institución mucho más exigente y eficiente en materia de objetivos y expectativas, más flexible y eficaz en su estructura, más firme y comprometida en la defensa de los ideales permanentes para los cuales fue creada. En suma, una Organización de Naciones Unidas que esté a la altura de los desafíos y necesidades del siglo XXI, que todos sabemos son la paz verdadera, el progreso sustentable y el respeto a la dignidad de todos quienes habitan nuestro planeta.

Estas reformas, señores delegados, requieren modernizar el Consejo de Seguridad, de manera de hacerlo más plural, más representativo de la nueva realidad del mundo, para lo cual reiteramos nuestro llamado de apoyo a incorporar a nuevos países que están emergiendo, como es el caso de Brasil, en nuestro Continente.

Quiero aprovechar también esta ocasión para felicitar muy sinceramente a mi antecesora en la Presidencia de Chile, Michelle Bachelet, por su reciente designación como Secretaria Adjunta de las Naciones Unidas para asuntos de la Mujer, y expresar mi orgullo, y el de todo mi país, por el hecho que sea una compatriota quien encabece este esfuerzo mundial por avanzar hacia una mayor igualdad entre hombres y mujeres. Y estoy seguro que con sus cualidades humanas y profesionales, va a saber llevar con brillo y con eficacia este liderazgo y esta misión.

Queremos también reafirmar nuestro compromiso con los principios que han regido y orientado por siempre nuestra política exterior.

Entre ellos destaco el respeto irrestricto al derecho internacional, la inviolabilidad de los tratados, la igualdad jurídica de los Estados, la solución pacífica de las controversias, la autodeterminación de los pueblos, los cuales sin duda constituyen bases esenciales para la estabilidad internacional y coexistencia pacífica entre los países.

También recordar la promoción de la democracia y el respeto a los derechos humanos, en todo tiempo, en todo lugar y en toda circunstancia, como nuestro compromiso permanente con el multilateralismo y el regionalismo abierto en nuestra región, de forma tal de promover una economía más constructiva, de mayor colaboración entre los países del mundo y de nuestra región.

Chile no va a renunciar nunca a alzar su voz en todas las instancias y foros  cuando estos principios se vean afectados.

Señor Presidente:

He traído también conmigo, un verdadero reconocimiento que quiero expresar hoy día ante Naciones Unidas a nuestros pueblos originarios, los pueblos que habitaron nuestras tierras miles de años antes que llegaran los descubridores y conquistadores europeos.

Nosotros nos sentimos muy orgullosos de ser una nación multicultural, pero reconocemos que por siglos no hemos dado a nuestros pueblos originarios las verdaderas oportunidades que ellos merecen y necesitan.

Y por ello estamos promoviendo en nuestro país el reconocimiento constitucional de todos nuestros pueblos originarios, dejando atrás la estrategia de la asimilación, para seguir la estrategia de la integración, respetando, valorando y protegiendo su idioma, su cultura, sus tradiciones, que son parte de la riqueza más profunda de nuestro país.

Además, junto a esta constitución, hemos constituido una mesa de diálogo integrada por el Gobierno, las Iglesias, la sociedad civil y nuestros pueblos originarios, particularmente el pueblo mapuche, en el cual vamos a reforzar la agenda del Reencuentro Histórico, con la iniciativa más poderosa que nunca se haya realizado en Chile en esta materia, que es el Plan Araucanía.

Señor Presidente:

Yo quisiera también recordar que hace semanas atrás un escalofrío recorrió mi país. El mundo entero se conmovió cuando una roca de más de 1 millón de toneladas dejó atrapados en las profundidades de una montaña en el desierto de Atacama, a 33 mineros.

A partir de ese instante, nuestro Gobierno, nuestro país se comprometió en cuerpo y alma, volcando sus mejores esfuerzos para iniciar las tareas de búsqueda y rescate. Y después de 17 días angustiosos, logramos llegar hasta donde estaban ellos y recibir ese mensaje que llenó de alegría el corazón de todos mis compatriotas, cuando dijeron "estamos bien en el refugio los 33".

Y creo, señor Presidente, que representa una paradoja que en nuestro país hayamos luchado tanto por salvar las vidas de los 33 mineros y tengamos, simultáneamente, a 34 comuneros mapuches que atentan contra sus propias vidas, a través de una huelga de hambre.

Por eso quiero terminar diciendo a esta Asamblea que el ejemplo y el coraje y la perseverancia de nuestros 33 mineros van a iluminar los caminos del futuro, porque el futuro es siempre una aventura: para los pesimistas significa temor, para los escépticos significa dudas, pero para los hombres y mujeres de buena voluntad, significa siempre desafíos y oportunidades que debemos enfrentar juntos para construir un mundo mejor que el que heredamos de nuestros padres y que tenemos la obligación de legar a nuestros hijos.

Y este desafío, amigas y amigos, es para nosotros y es ahora. Porque si no es ahora, ¿cuándo? Y si no somos nosotros ¿quién?

Muchas gracias señor Presidente.

FUENTE:
Saludos,
 
RODRIGO  GONZALEZ  FERNANDEZ
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
DIPLOMADO EN GESTION DEL CONOCIMIENTO DE ONU
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