Las claves del informe que gatilló las formalizaciones por 27/F
Tras 22 meses, la fiscal Solange Huerta reconstruyó minuto a minuto lo acontecido en la Onemi la madrugada del 27 de febrero de 2010. Éstas son las principales conclusiones del documento elaborado por la PDI.
por David Muñoz e Ignacio Pinto
Las irregularidades en la Onemi, antes y después
Osvaldo Malfanti Torres era el jefe de turno del Centro de Alerta Temprana (CAT) aquella madrugada en la Onemi. Apenas se produjo el terremoto, a las 3.34 horas, se abocó a fijar las intensidades del sismo a través del monitoreo de los sistemas radiales. En eso estaba a las 04.07 horas cuando recibió el primer fax del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (Shoa) que indicaba "Alerta de tsunami". Según la investigación de la fiscalía -basada en un informe de Investigaciones-, el funcionario, "sin tener la experiencia y capacitación en este tipo de eventos, interpretó el contenido del fax como una información confusa". Durante un interrogatorio, Malfanti explicó que, mientras leía el fax, llegó una comunicación radial del Shoa, en la que se "descartaba posibilidad de tsunami, por ser epicentro en tierra".
Pero el informe de la PDI estableció que ese contacto radial no existió y se le reprocha no haberse comunicado con el Shoa para chequear la información, así como el que no haya transmitido en el acto esos antecedentes a sus superiores.
El jefe de Malfanti, Johaziel Jamett, conoció la existencia del fax sólo cuando llegó a su oficina, a las 04.30 horas. La investigación establece que el funcionario "consideró ambiguo el contenido del fax y no le dio la claridad si era informativo, una alerta o una alarma". El informe de la PDI concluye que Jamett debió haber difundido la "Alerta de tsunami" enviada por el Shoa y no comenzar a evaluar e interpretar la información contenida en el fax. Por ello, además, la policía sentencia que el principal asesor de Carmen Fernández en la Onemi no tenía "los conocimientos técnicos y preparación" adecuada para enfrentar una catástrofe como la ocurrida.
En la investigación de Huerta, también quedan registrados duros cuestionamientos a los funcionarios de la Onemi. Según éstos, entre los seis jefes de turno que existían en dicha unidad la madrugada del 27/F, Malfanti era el único que había participado en un curso de capacitación básica sobre el Sistema Nacional de Protección Civil. En esa línea, se responsabiliza a Carmen Fernández por no haber cumplido con las políticas de reclutamiento de su personal. También el informe revela que uno de los seleccionados, Mauricio Bustos Rojas, era "amigo de su hija, sin experiencia laboral y, a esa fecha, egresado de la carrera de ingeniero agrónomo". Los detectives arriban a la conclusión de que Fernández fue "negligente (…), debido a que seleccionó a personas que no contaban con experiencia laboral que les permitiera enfrentar una emergencia". Y sobre Jamett, se le reprocha que en su calidad de jefe del CAT nunca participara en simulacros de tsunamis ni fuera instruido sobre cómo leer la información recibida del Shoa. A ello se suma que el jefe de la CAT llegara una hora más tarde a la Onemi, debido a que en el trayecto desde su domicilio, en el sector de Las Vizcachas, en Puente Alto, se desvió a San Miguel para visitar a sus hijos y sus padres.
Los vaivenes e imprecisiones del Shoa
Según el informe policial, el comportamiento dubitativo y errático del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (Shoa) se debe a que el organismo sólo contaba con información de los mareógrafos de Iquique (I Región), Corral (XIV Región) y Puerto de Chacabuco (XI Región).
El Shoa omitió señalar que los mareógrafos a los que hacía referencia en sus comunicaciones con la Onemi no se encontraban cerca del epicentro del terremoto. De acuerdo a la investigación, ello fue clave para la entrega de información "incompleta", con conclusiones "equívocas" y que no contaba con las "especificaciones técnicas" para descartar una posibilidad de tsunami. Así, y pese a que a las 04.06 horas el Shoa advirtió mediante un fax a la Onemi la información recibida por el Pacific Tsunami Warning Center (PTWC) decretando "Alerta de tsunami", el teniente Mario Andina insistía en sus dudas, debido a que una hora después del sismo sus instrumentos sólo registraban variaciones de mar.
Así, la PDI llegó a la conclusión de que "las imprecisiones y la falta de conocimiento" de los funcionarios navales arrastraron al director del Shoa, Mariano Rojas, a cancelar la advertencia a las 04.56 horas.
Las contradicciones de Rosende y Fernández
El subsecretario del Interior, Patricio Rosende, asumió el mando de autoridad, ante la ausencia del ministro del Interior y al ser el primer funcionario de gobierno en llegar a la Onemi. Apenas arribó al lugar, a las 04.10 horas, el jefe de gabinete de la directora de la Onemi, Pedro Salamanca, le informa sobre el primer fax enviado por el Shoa, a las 04.07 horas, con la "Alerta de tsunami". También se le señala que se había recibido una comunicación radial en la que se descartaba la alerta. Rosende declaró que escuchó personalmente la transmisión del Shoa entre las 04.20 y las 04.25 horas. No obstante, la PDI determinó que en dicho lapso de tiempo "no se registraron comunicados radiales del Shoa". Dicha información llegó recién a la Onemi varios minutos después -04.49 horas-, mientras Rosende daba una entrevista telefónica a TVN. La indagatoria policial establece, además, que el subsecretario no le informó a la ex Presidenta Michelle Bachelet sobre la alerta. Pese a ello, la PDI responsabiliza a la directora de la Onemi, Carmen Fernández, por no haber difundido la alerta. La funcionaria declaró que una vez que leyó el fax, le manifestó a Rosende que había que evacuar por la magnitud del sismo, lo que fue desmentido por el ex subsecretario.
El rol de Pérez Yoma
La investigación de Huerta recurre al Plan Nacional de Protección Civil para establecer que es el ministro del Interior el encargado de asumir las tareas de coordinación ante una emergencia como la del 27/F. Sin embargo, al momento del terremoto, el titular de la época, Edmundo Pérez Yoma, se encontraba de vacaciones, en las cercanías de Cabildo, en la V Región. Así fue como el subsecretario Patricio Rosende asumió dichas tareas. Según el informe de la PDI, Pérez Yoma arribó al lugar a las 07.30 horas y se reunió con la ex Presidenta Michelle Bachelet. Diez minutos más tarde, la ex mandataria encabezó una reunión del Comité Operativo de Emergencia (COE), en la que entregó la información que había recibido de Carabineros sobre un tsunami en Juan Fernández. Sin embargo, en su declaración, Pérez Yoma dijo haber llegado a la Onemi cuando el COE ya estaba reunido (pasadas las 07.00), y no se abordó el tema de un potencial tsunami. Señaló haber conocido la información sobre Juan Fernández entrada la tarde.
La PDI no logró determinar si Pérez Yoma asumió el rol de Mando de Autoridad que le correspondía por ley, pues según él mismo declaró, como se encontraba la Presidenta, se subordinó a su jerarquía política.
Las dudas de Bachelet
La ex Presidenta Michelle Bachelet encabezó todas las acciones apenas arribó a la Onemi, a las 05.00. El informe policial da cuenta de que durante la madrugada del 27/F la entonces mandataria recibió información parcial e incorrecta de la situación en el país. La primera información que recibe -junto con la magnitud del sismo- es que no se había podido establecer comunicación con la VII y VIII Región, y que el Shoa había descartado la posibilidad de un tsunami. "Pero no le exhibieron ni le informaron que a las 04.07 horas el Shoa había enviado un fax de alerta de tsunami a la Onemi", dice el texto policial.
Cerca de las 06.00 -de acuerdo a la investigación-, Bachelet recibió el reporte de Carabineros de la V Región, que daba cuenta de que había ocurrido un tsunami en Juan Fernández, hecho que fue minimizado por el director del Shoa, Mariano Rojas. Este señaló a la entonces jefa de Estado que sólo se habían detectado leves variaciones de la marea. Bachelet entonces le consulta al jefe del Servicio Sismológico de la U. de Chile, Carlos Aranda, quien improvisó una respuesta, según reconoció ante los detectives. "Me sentí con la obligación de responderle algo", declaró.
La información de Carabineros que no llega a las autoridades
El análisis del tráfico telefónico de la Onemi detectó que la madrugada del 27/F, dicho organismo recibió varias llamadas de las unidades de Carabineros, a través de la Central de Comunicaciones (Cenco). Se trata de contactos que, aunque la investigación reconoce como intermitentes, podrían haber sido gravitantes. El informe de la PDI detalla que entre Concepción y Talcahuano existía un comunicador radial y telefónico -información que era copiada por Cenco Santiago- . "En caso de que la Onemi hubiese decidido evacuar a la población civil de las zonas costeras afectadas, esta información hubiese podido ser transmitida a la VII Región, a través de Carabineros", dice la PDI. En este punto, los detectives desmienten a Carmen Fernández, al establecer que no es efectivo lo que señala a las 06.30 horas en una reunión respecto de que el colapso de la red de comunicaciones de la Onemi era total, pues en esos momentos estaba enlazada con las Fuerzas Armadas y Carabineros. La indagatoria revela que hubo comunicaciones de policías entre las 04.00 y las 06.30 horas desde Constitución y Pichilemu, reportando tsunamis.
Saludos
Rodrigo González Fernández
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