R. FRANCO Y M. VALENZUELA
"No podemos privar al mundo de estas imágenes".
Parado frente a un televisor, el Presidente Sebastián Piñera contemplaba la tarde del martes por primera vez -en colores- el interior de la mina en la que se encontraban los 33 mineros atrapados desde el 5 de agosto, perfectamente iluminado y mostrando el ducto por donde llegaría la cápsula de salvataje Fénix 2, que los llevaría de regreso al mundo exterior.
Las imágenes eran posibles luego que una red de fibra óptica, introducida a través de un poliducto, conectara una cámara con un monitor ubicado en la superficie del yacimiento (ver infografía) para facilitar la labor de los rescatistas.
Por lo mismo, la cámara no formaba parte de la señal oficial que se emitiría a los medios. Tampoco la que se instaló sobre la cápsula y que mostraría el estrecho orificio que atravesaba los casi 700 metros de roca viva. Pero Piñera, quien había llegado al lugar poco antes, consideró que no se podía desaprovechar la oportunidad de transmitir el rescate desde esos ángulos.
Faltando unas pocas horas para el inicio de la "Operación San Lorenzo", el ministro de Minería, Laurence Golborne, pensaba lo contrario. No sólo por la necesaria intimidad que merecían los mineros, sino que también por los diversos imponderables que podía tener el largo y azaroso proceso de salvamento.
Observando por la pantalla a los 33 vistiendo shorts y expectantes ante la inminencia del rescate, el Mandatario consultó la opinión del titular de Salud, Jaime Mañalich, a quien le preguntó si la exhibición de los trabajadores era procedente. El secretario de Estado se mostró dubitativo, pero finalmente respondió que no.
Con todo, Golborne arguyó la necesidad de incorporar a un editor para que eventualmente filtrara las imágenes en caso de que algún minero no arribara en buenas condiciones o si, por ejemplo, se desmayaba.
Piñera aceptó y la función recayó de manera rotativa en funcionarios de la Secretaría de Comunicaciones y de Prensa de la Presidencia, quienes acompañaron en todo momento al director de la transmisión y encargado de producción de La Moneda, Reynaldo Sepúlveda.
Como se optó por no diferir la señal, otro resguardo que se tomó fue la táctica de preguntar a cada minero cómo venía a viva voz cuando restaban pocos metros para su llegada. Si la respuesta y el tono de voz eran positivos, un médico apostado en la rampa subía su pulgar como señal de que no había problemas con seguir transmitiendo. En ninguna de las 33 oportunidades debió hacer lo contrario.
La "transparencia total" que exigió Piñera para la cobertura del operativo obligó también a mover un contenedor que tenía adosada una bandera chilena gigante a manera de biombo para evitar que se captaran, desde el lugar donde estaba apostada la prensa, tomas del rescate que no fueran las de la señal oficial.
La transmisión desde las profundidades de la montaña sorprendió al mundo. Las imágenes del esforzado ascenso y descenso de la Fénix 2 por un estrecho ducto, también. Las cadenas internacionales -tomadas por sorpresa- analogaron la hazaña con la llegada del hombre a la Luna y alabaron el manejo transparente de la cobertura. El rating en todo el mundo se disparó.
Como broche final, el Gobierno recibió ayer la noticia de que las casi 31 horas que duró la transmisión del rescate batieron el récord Guinness en su categoría. Será el propio Sepúlveda quien recibirá la distinción en Londres, primera escala de la gira que inicia hoy el Presidente.
Los festejos íntimos del Presidente con su equipo y la UDI
A las dos de la tarde de ayer, y mientras descendía del avión presidencial que lo traía de regreso a Santiago, el Presidente Sebastián Piñera tuvo una inédita recepción: un grupo de trabajadores de Enaer lo aplaudió a su llegada al aeropuerto.
Y es que el éxito del operativo de rescate de los 33 mineros marcó la jornada del Mandatario. Según señalan en La Moneda, Piñera siente que ganó una arriesgada apuesta y está consciente del impacto positivo que tendrá el hecho. Como muestra, en su primer día tras el salvataje participó en dos asados celebrando el acontecimiento.
A las dos de la madrugada de ayer, y entre carne y choripanes, el balneario de Bahía Inglesa fue el escenario de la primera celebración del Presidente y su equipo, poco más de una hora después de que concluyera el operativo.
Pese a la hora, el Mandatario decidió bajar desde la mina San José para compartir un asado con su círculo más íntimo y el elenco que participó en la puesta en escena de la "Operación San Lorenzo".
Y el lugar escogido también fue simbólico: la cabaña donde se alojaba Reynaldo Sepúlveda, director de producción de La Moneda y quien encabezó la extensa transmisión del operativo, que se extendió por casi 31 horas, contando desde el minuto en que Piñera llegó al yacimiento.
Funcionarios de programación, producción, los encargados de prensa de la Presidencia, sonidistas, tramoyas y conductores fueron invitados a la cita, en que Piñera y su esposa Cecilia Morel compartieron junto a ellos en un ambiente de informalidad y distensión, marcado por la alegría, las risas y los comentarios sobre lo ocurrido.
Por supuesto, el tema principal fue el operativo y el éxito de la transmisión, que se posicionó como uno de los eventos más vistos en el último tiempo a nivel mundial. Así, Piñera no ahorró elogios para Sepúlveda por su labor, señalando que logró "televisar" tal como quería la hazaña del desierto.
Tras dormir en Bahía Inglesa junto a su mujer y visitar a los mineros en Copiapó (ver nota en C 5), el Presidente volvió a hacer gestos hacia su equipo de trabajo durante el regreso a Santiago. Al arribar al Grupo 10 de la FACh, se tomó una fotografía junto al elenco encabezado por Sepúlveda, y los invitó a otra cena, pero esta vez en el Palacio de Cerro Castillo de Viña del Mar, en una fecha por definir.
Minutos después de aterrizar, Piñera se dirigió al sector de La Vinilla, en Casablanca. ¿La razón? A esa misma hora, en la casa del diputado UDI Edmundo Eluchans, se celebraba un asado de camaradería con 25 diputados de ese partido, que se realiza anualmente, y que era encabezado por el presidente del partido, Juan Antonio Coloma; el senador y vicepresidente Andrés Chadwick, y el subsecretario de la Segpres, Claudio Alvarado.
Para sorpresa de varios de los presentes, el Mandatario llegó al lugar cerca de las 14:30, mientras en la terraza de la casona se degustaba un animado cóctel. En medio de los aplausos, Piñera saludó al anfitrión -en cuya casa estaba la noche del 27 de febrero, cuando ocurrió el terremoto- y departió animadamente con los presentes, contando detalles de la trastienda del rescate, lo que en la UDI fue valorado como un importante gesto.
Eluchans, quien es amigo personal de Piñera, lo había invitado hace dos semanas. El martes, le señaló que asistiría, pero sólo ayer se confirmó su presencia. "Fue muy importante para nuestra bancada que el Presidente se hubiera dado el tiempo de reunirse con nosotros", dijo el diputado.
Tras comer cordero al palo y realizar un brindis por el Mandatario y su éxito, el grupo se reunió a cantar. Con el diputado Ramón Barros a cargo de la guitarra, el Presidente entonó el "caballito de batalla" de su repertorio musical: la ranchera "El Rey", con los parlamentarios de la UDI coreando el tema, como cierre de su jornada más feliz tras llegar a La Moneda.
Fuente:EMOL
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Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
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