EQUIPO DE CRÓNICA Y REGIONES
COPIAPÓ.- Se habló de 48 horas, se construyeron dos cápsulas extras, se temió que los rescatados sufrieran crisis de pánico y hasta un infarto, pero nada ocurrió. En menos de 24 horas, y contra todos los pronósticos, anoche concluyó el mayor rescate minero de la historia mundial.
Sin pausas ni perturbaciones, los 33 mineros atrapados a 700 metros de profundidad fueron emergiendo en la cápsula "Fénix 2". Animados, nerviosos y emocionados, pero sanos y salvos.
Lo que a las 23:55 horas del martes comenzó con un ascenso que tardó 15 minutos, llegó a demorar sólo nueve. La coordinación del equipo de rescatistas, la firmeza de la cápsula y la garra de los mineros fueron claves en el desarrollo de una operación que no supo de pausas.
"El sentimiento es de satisfacción, de trabajo realmente de equipo en que cada uno ha contribuido su grano de arena", decía el ministro de Minería, Laurence Golborne.
Una cápsula que viajaba cada vez más rápido auguraba un buen final. Como se planeó, primero fue más lenta, para probarla.Y hacia el final más rápida, pues llevaba a los trabajadores de mayor fortaleza física.
Con tecnología de punta, total coordinación y una alta cuota de ingenio, de la que no estuvieron exentos los propios atrapados, la Operación San Lorenzo también mostró el lado más humano del rescate que tomó 69 días.
Pese a que no se quebró ni cuando los sondajes fracasaban en la búsqueda de los mineros, ni cuando la perforadora desviaba su camino o perdía sus taladros, ayer André Sougarret, jefe del operativo, lloró.
Pasadas las 20 horas salía de la "Fénix 2" el rescatado número 28, Richard Villarroel, quien lo emocionó hasta las lágrimas: "Gracias a ustedes, voy a poder ver nacer a mi hijo", le dijo el minero a Sougarret.
La de ayer no fue sólo una jornada sin pausas técnicas. Tampoco hubo humanas. Nadie en el Campamento Esperanza pudo descansar luego de ver a Florencio Ávalos -el primer minero rescatado- fundirse en un abrazo con su hijo. Sólo hubo alivio cuando un aplomado jefe de turno Luis Urzúa y un conmovido Presidente Piñera -más tarde reconocería que no pudo contener la emoción- cantaban el Himno Nacional.
"Los 33" -que hasta las 00:12 horas de ayer sólo eran visibles por monitor y en los colores verdosos que permitían las cámaras subterráneas- se vieron finalmente como hombres de carne y hueso. Luego de más de dos meses bajo tierra, la tecnología, la fe y la suerte permitieron que cada minero escogiera la impronta que quisiera darle al fin de una odisea que, hasta el momento de abordar la "Fénix 2", siempre había sido un asunto grupal.
Claudio Yáñez se negó a ir al hospital de campaña hasta abrazar a Pedro Gallo, el técnico que los mantuvo en contacto con la superficie. El más experimentado, Mario Gómez, llegó al amanecer arrodillándose y orando al cielo, mientras que Claudio Acuña y Jimmy Sánchez hicieron gala de su pasión futbolera. Y el ex futbolista Franklin Lobos aprovechó la ocasión para dominar una pelota.
"Si no hubiera sido por ustedes, no nos salvamos", le dijo Lobos a Cristián Barra, asesor del Ministerio del Interior, con quien se fundió en un estremecedor abrazo, cuando en palabras del propio Presidente Piñera, Lobos terminaba el "partido más difícil de su vida".
''Hemos visto un resultado muy positivo de este trabajo de tanto tiempo".
LAURENCE GOLBORNE
MINISTRO DE MINERÍA
''Me dijo que nos íbamos a casar por la Iglesia el 7 de noviembre, el día en que está de cumpleaños".
LILIANETT RAMÍREZ
ESPOSA DE MARIO GÓMEZ
''La patria sale enaltecida de esta prueba y ello debe alegrarnos y unirnos más a todos".
JOSÉ MIGUEL INSULZA
SECRETARIO GENERAL DE LA OEA
''Esto me ha hecho pensar en 'El gran carnaval'".
KIRK DOUGLAS
ACTOR NORTEAMERICANO, RECORDANDO LA PELÍCULA QUE PROTAGONIZARA EN 1951 EN LA QUE EL RESCATE DE UN MINERO MOTIVÓ UN INUSUAL DESPLIEGUE PERIODÍSTICO.
''La próxima vez que tengamos un derrame en el golfo de México, llamemos al Gobierno de Chile. Sabrán qué hacer".
MICHAEL MOORE
POLÉMICO DOCUMENTALISTA DE EE.UU.
Todo estaba listo y él se alistaba para entrar a la cápsula. Pero antes, se volvió a la cámara, la miró e hizo una reverencia. No sólo fue el primero en bajar a la mina, sino que también decidió ser el encargado de "apagar la luz" del rescate a los mineros.
Protagonista durante las 23 horas del operativo, Manuel González acompañó a cada minero en su salida. También apoyó a los otros cinco rescatistas que llegaron tras él y luego se quedó solo en las galerías que por 69 días albergaron a los trabajadores rescatados.
Con total destreza subió a la Fénix II que tambaleaba producto del movimiento, y dio el aviso para que se iniciara su ascenso. En menos de 10 minutos volvió rebosante al exterior. "Don Manolo, ¿dejó todo ordenado abajo?", bromeaban felices sus compañeros en la última bienvenida.
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Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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