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viernes, julio 14, 2017

REFORMA AGRARIA Y EL DAÑO A CHILE POR MAX COLODRO


 REFORMA AGRARIA DE HACE 50 AÑOS.LA PEOR POLITICA PUBLICA DE LA HISTORIA EN CHILE

En conversación con "El Líbero" el analista político explica cómo la reforma que comenzó Jorge Alessandri, continuó Eduardo Frei Montalva y profundizó Salvador Allende, si bien tuvo consecuencias "positivas", también produjo una fuerte separación entre los chilenos.
Publicado el 14.07.2017
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Este 2017 se cumplen 50 años desde que el gobierno deEduardo Frei Montalva pusiera en marcha la reforma agraria -continuando lo iniciado por Jorge Alessandri-, uno de los procesos más significativos vividos en Chile y que hasta hoy sigue generando divisiones y opiniones diametralmente opuestas.

Recién hace una semana la Casa Museo Eduardo Frei Montalva organizó un conversatorio para hablar sobre ella y entre los expositores estaba Rafael Moreno, uno de los impulsores de la reforma. En el público se encontraban -además del ex Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle-, algunos agricultores expropiados producto de la repartición de tierras de la época, quienes no perdieron oportunidad para rebatir lo expuesto por los panelitas, apelando a que en algunos casos no fue justo lo realizado por el gobierno de Frei, y que campesinos que fueron beneficiados finalmente lo perdieron todo, provocando -a veces- una incómoda tensión en la sala.

Este año el tema está en el aire. El ministerio de Agricultura organizó una iniciativa llamada "Conociendo la Reforma Agraria en la Biblioteca de Santiago" que invita a participar a niños y niñas  de talleres para conocer más sobre el proceso, y que cuenta con la colaboración del Ministerio de Educación y la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam). La actividad no ha estado exenta de  polémicas, eso lo demuestra una carta publicada ayer en La Segunda firmada por Andrés Montero que dice que "resulta escandaloso que este gobierno, con fondos públicos, celebre y dé a conocer de manera torcida la peor reforma llevada a cabo por el Estado en el siglo pasado" y agrega que "no sólo la reforma agraria destruyó la agricultura y sembró el odio, sino también fue la causante de gran parte de las razones por las cuales la sociedad chilena está dividida".

Para el analista político Max Colodro, quien trabaja en un libro que publicará pronto sobre el tema,  el proceso "fue y ha sido la transformación más profunda que ha vivido la sociedad chilena" y más aún, sostiene que esa gran división continúa hasta el día de hoy.

El académico de la Universidad Adolfo Ibáñez cuenta que se ha ido interiorizando en la materia con el fin de "comprender las raíces de la división en la sociedad chilena y de ese nivel de odiosidad que existe en muchos aspectos". Colodro explica que el 11 de septiembre sólo es la "expresión consumada" del grado de violencia que se arrastraba desde la reforma agraria. 

En conversación con "El Líbero", el ex militante comunista comenta cómo la reforma agraria que comenzó Jorge Alessandri, continuó Eduardo Frei Montalva y profundizó Salvador Allende, si bien tuvo consecuencias "positivas", también produjo una fuerte separación entre los chilenos.

– ¿Qué significa la reforma agraria para Chile?

– La reforma agraria fue y ha sido la transformación más profunda que ha vivido la sociedad chilena prácticamente desde su origen, ya que la estructura de la propiedad de la tierra se construyó desde el momento de la Conquista. Esa estructura le dio continuidad a un orden social, político, económico y a una cultura nacional; y finalmente, a pesar de todos los cambios que hubo en la sociedad chilena -sobre todo a partir del proceso de la Independencia de España-, se mantuvo como elemento de orden y de continuidad en el tiempo, hasta la reforma agraria. Y la reforma marca el quiebre de lo que se ha llamado el orden tradicional. Alfredo Jocelyn-Holt lo denomina el antiguo régimen, haciendo un paralelo con lo que fue el orden previo a la Revolución Francesa, y yo estoy convencido de que los conflictos que se generan en la reforma agraria y luego a partir de ella, son de larga duración y que todavía tienen efectos en algunas dimensiones.

– ¿Entonces, la reforma agraria produce un quiebre en la sociedad chilena?

– La idea de una sociedad fracturada, donde hay un sector muy importante del país que mira con resistencia los cambios, con desconfianza; y por otra parte un sector que aboga por ellos y considera que Chile requiere de transformaciones sociales y económicas importantes, eso se instala con mucha fuerza a partir de la reforma agraria y por lo tanto yo veo en la reforma un factor de quiebre de la sociedad chilena. No sólo desde el punto de vista político, económico, sino que sobre todo cultural. Pienso que muchas de las divisiones que se han mantenido en el tiempo hasta el día de hoy son resabios o expresiones de ese quiebre, pero además la dificultad que ha tenido la sociedad chilena para poder reencontrar un orden común, bases comunes y consensos mínimos hasta el día de hoy.

– La reforma agraria es el punto de inicio…

– Creo que la sociedad chilena se divide a partir de la reforma agraria y es el quiebre más profundo que ha vivido. Lo cual no quiere decir que la reforma agraria no haya sido necesaria desde el punto de vista histórico, ni que haya tenido efectos positivos. A mi modo de ver era no sólo necesaria, sino que a la larga inevitable, y de alguna manera apuntó a destruir las bases del latifundio, de lo que había sido antiguamente la hacienda tradicional. Creo que la propia modernización de las economías latinoamericanas, el desarrollo político y cultural de las mismas sociedades, inevitablemente llevaba a un proceso de redistribución del poder económico que se basaba fundamentalmente en la redistribución de las tierras. Pienso que la reforma agraria tuvo una expresión muy violenta, que tuvo consecuencias políticas muy complejas, pero que tuvo también efectos sociales, económicos y culturales muy positivos.

– Pero, hay quienes dicen que el gran quiebre de la sociedad chilena fue en el régimen militar…

– Veo eso como una consecuencia y no como una causa del quiebre de la sociedad chilena. Para mí el quiebre se origina -en la época de la modernidad, al menos-, con la reforma agraria precisamente porque lo que se instala a partir de ésta son proyectos de sociedad antagónicos y excluyentes entre sí. La mirada que se da de estos procesos de transformación suponen que hay un sector de la sociedad que debe quedar excluido. A partir de la reforma agraria, Chile no es capaz de mirarse en función de un proyecto unitario e integrador. Siempre hay un sector que debe quedar excluido y eso ocurrió a partir del primer gran proyecto que operaba bajo esa lógica, que es el de "La revolución en Libertad" de Eduardo Frei, donde lo que se buscaba era la liquidación del latifundio y por lo tanto, la eliminación de una clase social, que es la de los latifundistas, con todo lo que implicaba desde el punto de vista económico y cultural. A partir de ahí la sociedad ha estado mirándose en función de proyectos excluyentes, como el de la DC, el de la vía chilena al socialismo, el de la vía chilena al neoliberalismo del régimen militar. Después, pensamos que la transición de alguna manera suponía el término de esa lógica, en la medida que obligó a ciertos acuerdos y consensos en materia política institucional y también del modelo económico.

– Pero según lo que me dice seguimos divididos hasta hoy…

– Lo que hemos visto a partir del año 2010 es el resurgir de que la sociedad chilena está dividida en torno a proyectos excluyentes entre sí. Los que quieren mantener el modelo que se instauró durante el régimen militar y que tuvo una cierta continuidad durante los gobiernos de la Concertación; y los que a partir del 2010, consideran que ese modelo -tanto el que representó el régimen militar, como la continuidad concertacionista-, debe ser reformado. La sociedad chilena sigue dividida y con un desacuerdo profundo a mi juicio, respecto de la naturaleza y la legitimidad del orden.

¿Cómo se puede representar o materializar los efectos que tuvo la reforma agraria en las costumbres de la sociedad chilena hoy?

– La reforma agraria no sólo significó un quiebre político ideológico, sino que también uno cultural. Una de las originalidades que tuvo la izquierda chilena en la década del 50 y del 60 es haber sido capaz de construir un ethos que era completamente antagónico al tradicional, al del campo tradicional chileno. De alguna manera lo que hizo la izquierda fue ir a buscar raíces en el mundo de la cultura andina y de las precolombinas para construir un ethos distinto y contrastarse con el ethos hegemónico hasta ese momento. Eso derivó en que hay un sector de la sociedad chilena hasta hoy que se siente más identificado con la cultura precolombina y particularmente con la música andina, y otro sector que cuando piensa en la chilenidad se identifica con los Huasos Quincheros. Es decir, con la cultura del campo tradicional, del rodeo, de las chinas, de los peones, de los huasos, en el fondo de la cultura huasa. Lo anterior, a pesar de que es una dicotomía un poco forzada -una caricatura-, algo refleja de cómo la sociedad chilena se dividió y de cuál fue el grado de profundidad de la división a partir de la década del 60.

– La reforma agraria sigue sacando ronchas hasta el día de hoy. Hay gente que siente que fue un proceso que los perjudicó mucho…

– Creo que lo que se instala en Chile, a partir de un proceso tan profundo y tan sustantivo como fue la reforma agraria, son miradas muy distintas respecto de la naturaleza del orden social y del orden político. Yo creo que esa es una de las singularidades que tiene la reforma agraria y por eso sus efectos siguen siendo tan duraderos hasta el día de hoy, porque se instaló una manera de mirar a la sociedad completamente diferente. Es cierto que la reforma agraria cuando se inicia lo hace en el contexto de la guerra fría, donde el mundo estaba dividido en modelos de sociedad opuestos y excluyentes entre sí, pero mucha de esa cultura basada en antagonismos irreconciliables se mantuvo después incluso con posterioridad, al menos en Chile.

La reforma agraria, sus impulsores y logros

– Arturo Alessandri fue el primero en impulsar una reforma agraria, la del "macetero". ¿Abrio el camino para la reforma de Frei?

La reforma agraria de Alessandri responde a una lógica propiamente geopolítica que es la que impone el contexto de la guerra fría, que se deriva de los efectos de la revolución cubana, de la reacción de Estados Unidos y de un sector de las elite latinoamericanas frente al temor de lo que significaba la revolución cubana en América Latina. Estados Unidos a través de la "Alianza para el Progreso", fomenta e impulsa en el contexto de Amèrica Latina procesos de reforma agraria, acotados, que se dan en el marco de un modelo capitalista dependiente. Pero, esas reformas agrarias aunque tímidas y acotadas, lo que finalmente hacen es abrir y destapar una olla de presión histórica muy fuerte, y por lo tanto, generar un proceso que a la larga se vuelve incontenible.

– Y ese proceso lo toma Frei y lo profundiza Salvador Allende ¿Cómo lo ve?

– La reforma agraria de Frei es una reforma que intenta hacerse desde el Estado, desde la lógica de las políticas públicas. Para mí, el punto de quiebre de esa reforma agraria es el surgimiento del MIR en 1965, donde nace una expresión política que plantea la legitimidad del uso de las armas, un proyecto que busca emular lo que fue el ideario de la revolución cubana en Chile y que también plantea un cuestionamiento muy profundo a la legitimidad de la institucionalidad política de la democracia finalmente. En tanto,  Allende intenta de alguna manera mantener la reforma agraria dentro de ciertos cauces institucionales pero ya con un sector campesino y con un sector de la izquierda que ya fomentaba el desborde de la institucionalidad; y una reforma agraria con un sentido mucho más político de transformación del modelo capitalista imperante.

– Uno de los objetivos de la reforma agraria de Frei fue terminar con el latifundio. ¿Se logró definitivamente?

– Si, sin duda. Creo que el latifundio es algo que termina por ser abolido en el proceso de reforma agraria. En el proceso general, desde 1962 hasta 1973, finalmente se expropiaron alrededor de 10 millones de hectáreas, y de esas, no más de un tercio fueron devueltas a sus antiguos dueños por el gobierno militar. Creo que el latifundio como estructura, como sistema de dominación económica, cultural y social, llega a su fin con la reforma agraria en ese período. Lo que viene después, es una cierta concentración de propiedad agraria ya se da en un marco completamente diferente, que es la revolución capitalista iniciada por el régimen militar y eso al final tiene una lógica completamente distinta. Nunca la propiedad vuelve a tener la extensión y el espacio de dominación social y económica que fue durante el latifundio.Probablemente una de las grandes paradojas de nuestra historia, es que la reforma agraria terminó siendo sobre la propiedad de la tierra una de las bases de sustentación de la modernización capitalista del agro chileno durante el propio régimen militar. O sea, buena parte de la modernización del campo que ocurre en Chile a partir de la década de los 80 con la industria frutícola, y principalmente con la vitivinícola, no habría sido posible sin la disminución de la propiedad y sin el fin del latifundio. Es una de las grandes paradojas.

– ¿Es la única?

Otra de las grandes paradojas que tuvo la reforma agraria en Chile, es que los que iniciaron la expropiación de los fundos más importantes del valle central, fueron ni más ni menos los hijos y los nietos de los propios propietarios, de los Conservadores, que estaban insertos en la DC. Esa es una de las razones que explica hasta el día de hoy por qué hay una distancia y una odiosidad tan profunda entre la derecha y la DC, incluso en algunos casos más que con la propia izquierda. De alguna manera, son ellos los que iniciaron ese proceso echando abajo el orden tradicional que estaba sustentado en la propiedad de la tierra. Lo anterior, en buena medida también explica por qué la DC prefiere estar en una alianza con la izquierda que con la derecha. Esto responde a por qué en Chile se da esta anomalía de una DC que se siente más cercana a la izquierda que a la derecha, cuando en el mundo representa a los sectores de centroderecha. Su origen está en la reforma agraria.




Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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miércoles, julio 12, 2017

FEDEFRUTA Y COMPETITIVIDAD


Productores : Denunciemos la colusión que existe en el mercado de fruta de exportación 

a la Fiscalia Nacional Economica  


Fedefruta entregará claves para la competitividad de la industria y abordará delincuencia rural en predios agrícolas

 

Tomás Flores en Regional Fedefruta Región Metropolitana

Mejorar la competitividad de la fruticultura en el Valle del Aconcagua y la delincuencia rural serán dos de los principales temas que abordará el Encuentro Regional de Los Andes, organizado por Fedefruta, en conjunto con ProChile, el 27 de julio en el Casino Enjoy. 

Por una parte, el Presidente de Fedefruta y ex Embajador de Chile en China, Luis Schmidt, y el Presidente de la Asociación de Agricultores Rosa de Los Andes, Víctor Catán, analizarán problemáticas que han estado en la agenda de la industria agrícola en los últimos meses, como la Reforma al Código de Aguas, Reforma Laboral, apertura de nuevos mercados, preocupaciones sectoriales en temas fitosanitarios y el "efecto Perú" en uva de mesa.

También se analizarán los robos en predios agrícolas, que según cifras de Fedefruta del 2016, sólo en el Valle del Aconcagua, los montos sustraídos ascienden a 150 millones de pesos, concentrando el 28,6% de los robos en predios frutícolas del país. Así, Matías Araya, abogado y Socio Principal de Araya & Cía., nos conversará sobre cómo proceder frente a las autoridades para que las denuncias por robo en predios agrícolas sean realmente efectivas. En tanto, Eduardo Valdés, CEO y Fundador de Locktech, hablará de las nuevas tecnologías e innovaciones que existen en el mercado para evitar robos en predios agrícolas. 

Por otro lado, el Encuentro Regional también abordará, a través de un taller, el creciente interés del sector frutícola por la exportación directa, el que ha tenido bastante éxito en los encuentros realizados en Chillán y la Región Metropolitana, y que tocará los principales mitos y realidades de la exportación directa, además de consejos para tener una experiencia positiva de principio a fin, por lo que los asistentes podrán aprender sobre resguardos legales, financiamiento, tipos de negociación y mercados.

La actividad se desarrollará en el Casino Enjoy, ubicado en Autopista Los Libertadores Km. 53, Rinconada, Región de Valparaíso, este jueves 27 de julio y no tiene costo para los socios con cuota al día de ambas entidades gremiales, y $40.000 para público general.

 

Detalles del programa y registro acá.

Fuente:

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martes, julio 04, 2017

equilibrio de Nash en la gestión del agua en España

El equilibrio de Nash en la gestión del agua en España

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  • equilibrio Nash gestión agua España

    Sobre el blog

    Eduardo Echeverría
    Consultor especializado en ingeniería hidraúlica. Secretario Técnico del Comité Español de Grandes Presas (SPANCOLD) y Vicesecretario de la Asociación de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos.

    Blog asociado a:

    El equilibrio de Nash fue planteado por primera vez por el economista francés Cournot en 1838 al tratar de buscar la solución al problema de varias empresas que compiten por un mismo bien y en el que cada una de ellas intenta determinar la cantidad óptima que deben producir para maximizar sus ganancias individuales. Cournot únicamente pudo plantear el problema en estrategias puras, lo que implicaba por un lado un planteamiento de suma cero (lo que ganaba uno lo perdía el otro) y no permitía poder elegir cada individuo más de una estrategia de manera simultánea.

    El problema verdaderamente interesante sería resolver el problema de maximizar el beneficio cuando cada uno de los participantes puede elegir varias estrategias simultáneas, lo que se conoce como estrategias mixtas; y fue el matemático John Forbes Nash el que desarrolló en su tesis doctoral este concepto. Nash demostró en 1951 que cualquier juego con un número finito de estrategias tiene al menos un punto de equilibrio, punto en que cada uno de los competidores maximiza su beneficio, en estrategias mixtas. Nash sería galardonado en 1994 con el premio nobel de economía por la ingente cantidad de aplicaciones que tuvo su principio en diversas ciencias.

    Las principales hipótesis que se deben de cumplir para que exista un equilibrio de Nash son las siguientes:

    • Todos y cada uno de los jugadores buscan maximizar su pago/ganancia esperada de acuerdo a los pagos y las condiciones que describen el juego.
    • Los jugadores llevan a cabo las estrategias deseadas y premeditadas de acuerdo a sus preferencias, estrategias que se entiende que son ejecutadas sin errores.
    • Los jugadores poseen la habilidad suficiente para la determinación de sus equilibrios privados y la de estimar la de los demás jugadores que interactúan en el juego.
    • Se supone que el hecho de que un individuo modifique su estrategia no afecta a la decisión original que otro individuo planea despegar. Cada jugador también determina su camino en base a lo que piensa que otros harán y, si piensa que lo cambie lo tendrá en cuenta en su determinación.

    De estos principios se deducen los principales fallos que hacen que sea factible encontrar un equilibrio de Nash:

    • Basta con que uno de los jugadores no sea racional para que no se pueda alcanzar un equilibrio de Nash.
    • Tampoco se cumpliría el equilibrio con que exista un jugador que no sea capaz de llevar a cabo su estrategia premeditada.
    • En ocasiones las "reglas del juego" no están del todo claras para todos y cada uno de los individuos que interactúan, existiendo una tendencia natural a resolverlos decidiendo en base a la experiencia, y por tanto, en ocasiones pueden alcanzarse equilibrios que pueden diferir en parte importante de los equilibrios teóricos o reales.

    Hasta aquí una breve descripción de los conceptos básicos que rodean el equilibrio de Nash, tomada de "El Blog Salmón". A partir de ahí, en el alcance que da esta columna, voy a reflexionar sobre la siguiente pregunta: Consideremos las 9 Confederaciones Hidrográficas adscritas al MAPAMA y los 12 organismos de cuenca intracomunitarios adscritos a sus respectivas comunidades autónomas. Cada organismo de cuenca dispone de unos recursos hídricos con los que satisface sus demandas y un excedente o déficit de aportaciones que puede "vender" o "comprar" ¿existe un punto de equilibrio de Nash de forma que cada uno de ellos maximice el beneficio derivado de la gestión de su agua?

    Para considerar la solución del problema hay que tener en cuenta una serie de particularidades:

    • La distribución del agua en España: es irregular en el espacio y en el tiempo. Realmente en estas irregularidades subyace el origen de la búsqueda de un equilibrio de Nash. Si todas las cuencas tuvieran exactamente la misma agua y en el mismo momento probablemente no habría que plantear este problema por un criterio claro de sostenibilidad. Si todo el mundo recibe la misma agua y aún así "alguien" gasta más agua de la que recibe no parecería a priori lógico dejar que ese alguien gastara su agua y la de los demás. Pero la situación del agua en España no es así. Recibimos las precipitaciones de forma irregular en el espacio y en el tiempo. Y de partida, todos los españoles tendríamos derecho a recibir la misma cantidad de agua.
    • El agua que se consideraría para este reparto no sería toda la disponible. En primer lugar habría que deducir la conocida como "demanda ambiental", que la legislación española no considera un uso, sino una restricción establecida para la protección de zonas y periodos de las funciones naturales del agua mediante preservación de flujos y niveles.
    • Por otro lado habría que considerar la prelación en los usos que establece la legislación de aguas para determinar, una vez satisfechas las demandas en cada cuenca conforme a esa prelación, el excedente/déficit final real existente.
    • La variable a optimizar no sería de unidades de volumen del agua sino unidades económicas. Por eso no es un juego de suma cero. No consiste en que una cuenca cediera a otra una cantidad de agua determinada, sino el aprovechamiento económico que se haga de un excedente determinado. Consideremos por ejemplo un río que en un episodio de avenida desagüe al mar 1.000 Hm3 y que de esos 1.000 Hm3 se puedan derivar con las obras adecuadas 100 Hm3 a otra cuenca para un aprovechamiento económico concreto. Supongamos que en las dos cuencas se genere un beneficio inmediato, al disminuir en la cedente los daños por la avenida aguas abajo del punto de toma y en la receptora ese volumen de agua se destine, por ejemplo, a regadío, obteniéndose un rendimiento económico por ello. El agua cedida y recibida es la misma, pero los beneficios económicos son diferentes.
    • Otra particularidad de este "reparto del agua" es que no todos los organismos de cuenca podrían interactuar por igual por un mero hecho geográfico. Sería más barato realizar operaciones entre cuencas colindantes y más caro cuanto más separadas estuvieran las cuencas entre sí.
    • Por último, habría que considerar el número de entidades a entrar en el "juego". En este caso se han citado las divisiones administrativas derivadas del agua (21 organismos de cuenca) pero podrían haberse considerado las divisiones políticas (17 comunidades autónomas). El número no varía mucho, pero es interesante tenerlo en cuenta a efectos de considerar la existencia de un equilibrio de Nash. Así, estudios realizados con posterioridad sobre la aplicación de esta teoría a diversos campos han situado en alrededor de doce el número de competidores ideal para alcanzar este tipo de equilibrios. Por debajo de este número nos acercamos a la situación de monopolio y por encima de él llega un momento que se diluyen las posibilidades de maximización de beneficio debido a la abundante competencia. Independientemente de que se consideren 17 o 21 sigue pareciendo factible plantear la búsqueda de este equilibrio.

    En cualquier caso, la primera pregunta es ¿hay suficiente agua en España para cubrir las demandas actuales? El Libro Blanco del agua en España estima las aportaciones naturales de agua en España en unos 111.000 Hm3/año. Se propone en este libro una reserva del 20% para cumplir requerimientos ambientales (22.000 Hm3), con lo que se dispone de un recurso potencial de 89.000 Hm3/año. La realidad es que a causa de la irregularidad anteriormente citada si no tuviéramos embalses sólo se podría aprovechar un 10% y que gracias al parque actual de presas y embalses podemos aprovechar unos 47.700 Hm(datos de febrero de 2016). Las demandas, por su parte, se estiman en 35.000 Hm3/año, de los que un 68% son para regadío, un 18% abastecimientos y un 14% para refrigeración de centrales.

    Por ello la primera conclusión es obvia. A la vista de los números existe agua suficiente para cubrir las demandas del país en su conjunto (en un año promedio) y si no se cubre es porque existe un déficit de infraestructuras para realizarlo. Si se realizara un estudio racional de las posibilidades de reparto con su traducción económica se llegaría a un sistema de gestión del agua en el que todos los organismos de cuenca alcanzarían su óptimo, es decir su punto de equilibrio de Nash. Es curioso que los principales detractores de los trasvases entre cuencas lo hagan buscando de forma más o menos explícita el beneficio de su territorio en particular, porque lo que Nash nos dice es que alcanzando su punto de equilibrio todas alcanzarían su óptimo. De hecho Nash encontró durante el desarrollo de su principio que podría darse la paradoja de que todos los jugadores encontraran su solución óptima pero que esta no coincidiera con el óptimo global del sistema. Es decir, la teoría de Nash aplicada a este caso no solo demuestra que existe una gestión que podría alcanzar el óptimo para todos los organismos de cuenca, sino que además es necesaria la presencia de una Administración Central para, coordinando la acción de todos los implicados lograr el óptimo del interés general.

    Para encontrar la solución a este dilema necesitaríamos de partida eliminar de la gestión del agua en España los tres fallos anteriormente citados. Es decir, necesitaríamos jugadores que tomen decisiones razonables, sin sectarismos; que dispongan de los medios suficientes para llevar a cabo su estrategia (en este caso infraestructuras hidráulicas) y, por último, unas reglas de juego claras. Además hay que considerar no solo el mero aspecto económico del problema o la necesidad de preservar el principio de equidad en el acceso al agua. Los escenarios de cambio climático que vienen sugieren que la irregularidad en las precipitaciones será mayor y será necesario disponer de una completa red de obras hidráulicas para aumentar la resiliencia de nuestros sistemas de abastecimiento.

    Fuente:

    Saludos
    Rodrigo González Fernández
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